Fraude electoral en Venezuela: tecnología expone la verdad oculta en las urnas

Fraude electoral en Venezuela tecnología expone la verdad oculta en las urnas

Por Víctor Muñoz, Analista y experto en tecnología 

Desde 1998, el proceso electoral en Venezuela ha experimentado cambios significativos en la tecnología utilizada. Inicialmente, el país empleaba un sistema de escaneo óptico de votos, vigente hasta 2003. Sin embargo, este sistema no alcanzó los niveles de seguridad deseados, lo que llevó a las autoridades a buscar una alternativa diferente.

En 2004, Venezuela incorporó un sistema de registro directo del voto, utilizando pantallas táctiles e impresión de comprobantes de votación que los electores depositaban en una urna. En 2012 habían logrado una automatización completa del proceso electoral, que incluía desde la autenticación biométrica del elector y la activación de la urna electrónica hasta el recuento, transmisión, totalización y publicación de los resultados. Smartmatic fue la empresa que se encargó de proporcionar esta tecnología.

En 2013, surgieron denuncias de irregularidades en las elecciones presidenciales, lo que llevó a la autoridad electoral a autorizar la auditoría del 100% de las máquinas de votación. Nuevamente otro escándalo se presentó en 2017, durante las elecciones de la Asamblea Constituyente, Smartmatic denunció públicamente que los resultados habían sido manipulados, lo que resultó en la finalización de su relación contractual con el Consejo Nacional Electoral (CNE) y ocasionó su salida del país.

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El CNE de Venezuela adoptó una nueva tecnología después de la salida de Smarmatic que corresponde a la empresa argentina Ex-Cle S.A y que fue la utilizada en las elecciones el 28 de julio de este año. La nueva tecnología emplea un sistema de votación automatizado en el que se hace el registro de votantes de forma electrónica con su huella dactilar o tarjeta de votación. El votante selecciona sus opciones de votación en una pantalla táctil, se confirma el voto y se registra en la memoria de la máquina de votación electrónica. Se genera una boleta de votación que el votante puede verificar. Cada máquina no solo almacena y contabiliza los votos emitidos, sino que también emite comprobantes de votación, lo que permite un registro físico adicional de cada sufragio emitido.

Una vez finalizada la votación, los resultados son procesados de manera automatizada. Las máquinas imprimen un acta de escrutinio y transmiten los resultados al Centro Nacional de Totalización del CNE a través de una red encriptada. El proceso incluye la impresión de un reporte que confirma la transmisión exitosa de los datos. Una vez impreso el primer ejemplar del acta de escrutinio, los miembros de la mesa no pueden retrasar, interrumpir, modificar ni impedir la transmisión de los resultados.

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Frente a la polémica resaltada, en la que el CNE declaró ganador a Nicolás Maduro sin un soporte claro, mientras que la oposición mostró a Edmundo González como el vencedor, presentando entre el 70% y el 80% de las actas de cada centro de votación, es crucial entender por qué es posible ratificar que Edmundo González es el ganador y que cualquier intento de falsificar las actas sería detectable. Cada máquina de votación, al cerrar y transmitir exitosamente, genera un código de transmisión único (hash), por lo que, si se intentara realizar un nuevo cierre en otro momento o modificar los datos, se generaría un código diferente al original. Además del código de transmisión único, se cuenta con el QR y la firma digital del acta. No hay manera de modificar estas actas sin que se pueda detectar.

En Venezuela, no es necesario un reconteo, sino aceptar lo que ya ha demostrado la oposición con las actas y es el innegable triunfo. La estrategia de subir las actas digitalizadas por puesto de votación por parte de la oposición, muestra una arquitectura bien diseñada que combina gestión documental, estructura de datos y esquemas de consulta y carga descentralizados. La oposición, consciente de los riesgos, se preparó para demostrar con imágenes e información fehaciente el posible fraude que habría orquestado el gobierno.

Las declaraciones de Maduro sobre ataques o intentos de hackeo, sin mostrar evidencia de flujos anormales de datos, son infundadas. Además, no es muy factible hackear al mismo tiempo la red de cerca de 16.000 centros de votación con alrededor de 60,000 máquinas, ya que no operan de forma centralizada, sino que procesan de manera descentralizada.

Imágenes: Imágenes: Twitter por Provea

Redacción ENTER.CO

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