Por cuenta de un fallo del Consejo de Estado, la Registraduría Nacional usará para las elecciones legislativas y presidenciales del 2022 un software de escrutinio nacional desarrollado por Indra. Este será propiedad exclusiva del Consejo Nacional Electoral y únicamente sus magistrados podrán operarlo. Sin embargo, todos los partidos políticos tendrán acreditados a sus propios auditores y estarán acompañados por un equipo técnico técnico perteneciente a las misiones de observación electoral internacional. Pero ¿quiénes están detrás del software y cuál es su recorrido?
Indra es una compañía española de tecnología y consultoría, que en diciembre del año pasado ganó la convocatoria de contratación por $27.161 millones para desarrollar el programa de escrutinio nacional. No es la primera vez que esta empresa se embarca en la difícil tarea de crear un sistema que pueda garantizar unas elecciones libres. De hecho, entre noviembre de 2020 y enero de 2021, cuando EE.UU estaba viviendo su propia contienda entre Donald Trump y Joe Biden, Indra fue protagonista de las polémicas declaraciones del expresidente republicano quien, tras su derrota, procedió a acusar sin pruebas a la organización de haber participado de un supuesto fraude electoral.
Los argumentos asociaban a Indra con dos compañías: con Dominion Voting Systems y con una empresa venezolana llamada Smartmatic. Rudolph Giuliani, quien es exalcalde de Nueva York y entonces se desempeñaba como abogado Donald Trump, sostenía esta teoría que además complementaba diciendo erráticamente que los votos fraudulentos habían ido a parar a Barcelona. Sin embargo, después de investigar las denuncias de Trump y de un comunicado de Indra en donde desmentía tener relación con las organizaciones mencionadas, no se encontraron irregularidades en el software.
Lo que sí es cierto es que en su sede natal, en España, Indra es la única empresa que tiene el músculo financiero y la capacidad tecnológica para desarrollar tecnología especializada en comicios electorales. En la comunidad autónoma Castilla y León, por ejemplo, en donde se preparan para tener una contienda regional el próximo 13 de febrero, el Gobierno regional le entregó a la empresa semipública un contrato de contrato de 4,4 millones de euros para que se encargue de un ciclo electoral que terminará en el año 2023.
Lo curioso del asunto es que Indra parece ser la empresa más avanzada para este tipo de trabajos, ya que la entrega de dicho contrato se dio de una forma tan particular como en Colombia. Y es que mientras en Colombia, la compañía no compitió contra ninguna otra por la adjudicación, en España, según informan algunos medios, el contrato se entregó en un trámite de emergencia, prácticamente a dedo, sin proceder a una convocatoria de varias empresas oferentes, pues “Indra, a comparación de su competencia, es la única que puede garantizar que en un corto plazo, el software funcione como debe funcionar”.
¿Quién está detrás de Indra?
Indra, que también tiene líneas de negocio dedicadas al transporte ecológico, el tráfico aéreo y la defensa, está liderada desde mayo del 2021 por Marc Murtra, su presidente.
Murtra es un ingeniero industrial británico, especialista en la banca de inversión, y, según El País, en el pasado ha ocupado cargos de confianza relacionados con el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC). Esta característica ha generado ruido en algunos directivos independientes por la posibilidad de cercanía con el Gobierno español, el cual es el principal inversor de Indra a través de la misión de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Sin embargo, Murtra ha tenido un largo recorrido corporativo, en donde incluso ha sido socio gerente de la firma Closa Investment Bankers,
El papel de Indra en las próximas elecciones en Colombia, es el de desarrollar el software de escrutinio. Una vez esté culminado tanto la propiedad intelectual y su manejo pasará a manos exclusivas del Estado. Desde allí, y de la auditoría que hagan los 16 partidos habilitados, se tendrá la última palabra para corroborar los resultados que definirán al país en los próximos cuatro años.
Imágenes: Universidad de Cundinamarca