La empresa de telecomunicaciones Tigo-UNE ha dado un paso importante en su estrategia financiera al anunciar una capitalización mediante acciones por un monto de 602.987’379.948 pesos. Esta acción fue decidida durante una asamblea de accionistas que se llevó a cabo el 13 de septiembre y que ha generado una serie de controversias y tensiones en el mundo empresarial y político.
El objetivo principal de esta capitalización es reforzar la estructura financiera de la compañía y permitir un crecimiento sostenible en un mercado altamente competitivo. Para lograrlo, se prevé la emisión de 22.058.767 acciones ordinarias, con un valor individual de 2.644 pesos. Esto, en teoría, permitiría a Tigo-UNE contar con los recursos necesarios para afrontar nuevos retos y oportunidades en el sector de las telecomunicaciones.
Sin embargo, la noticia también ha desencadenado una serie de polémicas. El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, denunció públicamente que durante la reunión de la asamblea de accionistas se habría forzado una votación que afectaría significativamente la participación de EPM (Empresas Públicas de Medellín) en Tigo-UNE. Según Quintero, esta votación podría dejar a EPM con tan solo un 2 por ciento de participación, lo que beneficiaría enormemente a Millicom, la empresa que cuenta con la otra mitad de Tigo-UNE.
Quintero argumenta que esta maniobra sería contraria a un acuerdo de accionistas que establece que se necesita el voto de EPM y la aprobación del concejo de Medellín para tomar una decisión de tal envergadura. Estas afirmaciones han generado un debate sobre la legalidad y la ética de la votación, lo que lleva a la necesidad de una intervención de las autoridades pertinentes, incluyendo la Contraloría, la Procuraduría, la Fiscalía y las superintendencias de Sociedades y Financieras.
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Por su parte, Millicom ha emitido su propio comunicado en respuesta a las acusaciones de Quintero. La empresa sostiene que la votación en la asamblea de accionistas reafirma la necesidad de la capitalización de Tigo-UNE por 150 millones de dólares y que esta medida no diluiría la participación de EPM. Según Millicom, la decisión de capitalizar o no recae en cada accionista individualmente, y EPM aún mantiene la posibilidad de aportar su parte y mantener su participación accionaria.
La polémica en torno a esta situación tiene en vilo a millones de usuarios de Tigo-UNE, ya que la incertidumbre sobre el futuro de la empresa genera preocupación. A pesar de esto, Tigo-UNE ha asegurado que no se verá afectada la prestación del servicio, destacando mejoras en el tráfico de datos, voz y solución de fallas de red en el último mes. La empresa también ha realizado inversiones significativas, superando los 100 millones de dólares en despliegue y mantenimiento de redes durante el año en curso.
La situación entre Millicom y EPM parece estar lejos de resolverse, y el futuro de Tigo-UNE sigue siendo incierto. Los próximos pasos en este enfrentamiento tendrán un impacto significativo en el mercado de las telecomunicaciones y, sobre todo, en los usuarios que dependen de los servicios de esta compañía.
Imagen: montaje ENTER