Una nueva aplicación impulsada por inteligencia artificial (IA) ha generado controversia al prometer predecir la fecha de muerte de una persona basándose en una serie de datos personales. El “Reloj de la Muerte”, como se denomina, utiliza un modelo algorítmico para calcular una fecha estimada que, según los creadores, debe tomarse únicamente con fines recreativos. A pesar de sus limitaciones, la herramienta ha capturado la atención del público, tanto por su premisa como por sus posibles implicaciones éticas.
El funcionamiento de aplicacion es simple. Los usuarios ingresan datos como, fecha de nacimiento. Sexo. Índice de Masa Corporal (IMC). País de residencia y hábitos de tabaquismo (si fuma y cuánto).
La aplicación evalúa esta información y genera una fecha estimada de muerte. El IMC, por ejemplo, es considerado un indicador importante debido a su relación con el estilo de vida saludable. Si el usuario no conoce su IMC, la plataforma incluye una calculadora para determinarlo.
Detrás de esta aparente simplicidad, el sistema utiliza una IA que combina estadísticas demográficas y datos epidemiológicos para generar las predicciones. Sin embargo, los desarrolladores han enfatizado que no se debe confiar en los resultados para decisiones médicas o personales.
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Lejos de ser una herramienta médica, el Reloj de la Muerte se presenta más como un llamado de atención sobre la importancia de llevar un estilo de vida saludable. Tras calcular la fecha de fallecimiento, la aplicación ofrece consejos prácticos para prolongar la vida: desde mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente, hasta dejar de fumar y controlar el estrés. Estos recordatorios buscan reforzar hábitos positivos, aunque algunos usuarios los perciben como una estrategia de gamificación para aumentar el interés en la plataforma.
Desde su lanzamiento, la aplicación ha acumulado más de 61 millones de pruebas realizadas en todo el mundo, con una participación mayoritaria de hombres (64.6%). Los países con más usuarios incluyen Estados Unidos, Reino Unido e India, reflejando su popularidad global.
Entre los grupos de edad, los jóvenes de 16 a 25 años son quienes más interactúan con la herramienta, lo que sugiere un uso orientado más al entretenimiento que a la introspección seria.
¿Qué tan ética es la app?
Pues bien, sobre esto el Reloj de la Muerte no ha estado exento de polémica. Críticos señalan que, aunque la aplicación se describe como recreativa, abordar la muerte puede resultar perturbador para personas vulnerables. Además, algunos cuestionan si la recolección de datos personales podría utilizarse para otros fines, como el marketing o la creación de perfiles de usuarios.
Por otro lado, los desarrolladores aseguran que toda la información recopilada se utiliza de forma anónima para generar estadísticas globales y no se comparte con terceros. Sin embargo, en una era donde la privacidad digital está constantemente en debate, este tipo de aplicaciones plantea preguntas importantes sobre el manejo ético de los datos.
Más allá de la controversia, la app pone de manifiesto cómo la tecnología puede generar curiosidad y reflexión sobre temas universales como la mortalidad. Aunque sus predicciones no son científicas ni infalibles, la aplicación puede ser vista como un recordatorio de que las elecciones diarias impactan significativamente en nuestra calidad y expectativa de vida.
Imagen: Generada con IA/Gemini
