Desde esta semana, los usuarios de Gemini Advanced y Google One AI Premium pueden generar videos de ocho segundos con solo escribir una descripción o cargar una imagen. Las herramientas se llaman Veo 2 y Whisk Animate, y ya están disponibles a nivel mundial.
La novedad no es menor, pues a diferencia de los editores de video tradicionales, aquí no se manipula una línea de tiempo ni se cortan clips. Basta con redactar una idea —por ejemplo, “una madriguera iluminada por un hongo donde un ratón lee un libro”— y el sistema se encarga del resto. En segundos, el usuario recibe un video en formato MP4, en resolución 720p y con calidad cinematográfica.
El modelo detrás de esto es Veo 2, una evolución del motor de video generativo de Google. Según la compañía, esta tecnología entiende mejor cómo se mueven los cuerpos, cómo interactúan los objetos con su entorno y cómo debe lucir una escena creíble. El resultado: animaciones fluidas, ambientaciones complejas y una estética cuidada.
Pero, ¿qué tanto control tiene el usuario? Bastante, ya que mientras más detallado sea el prompt, mayor será la precisión del resultado. Esto abre un terreno fértil para artistas visuales, publicistas, docentes, creadores de contenido y hasta curiosos sin experiencia técnica. No se necesitan programas ni conocimientos de edición: solo una idea clara y acceso a Gemini.
A nivel técnico, cada usuario tiene un límite mensual de videos, aunque Google notifica cuando se acerca al tope. Desde el celular, se puede compartir directamente en redes como TikTok o YouTube Shorts con un solo clic. Es una jugada pensada, claramente, para potenciar el contenido corto y viral.
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Whisk, por su parte, es una plataforma experimental que nació para generar imágenes a partir de texto. Ahora incorpora la función Whisk Animate, que permite transformar esas imágenes en clips animados, también de ocho segundos. Esta opción está disponible para quienes tienen suscripción a Google One AI Premium.
Más allá del impacto creativo, la pregunta de fondo es cómo regular este tipo de contenido. Google asegura haber tomado medidas para evitar usos indebidos: todos los videos llevan una marca digital llamada SynthID que indica que fueron generados por inteligencia artificial. Además, el sistema ha sido entrenado para evitar la creación de material ofensivo o engañoso, aunque no es infalible.
Esta nueva herramienta también plantea un cambio en el paradigma del contenido, por ejemplo, la barrera de entrada se reduce al mínimo, lo que puede democratizar la creación visual, pero también saturar las plataformas con material superficial o repetitivo. ¿Será este un avance que empodera a los usuarios o un riesgo para la autenticidad del contenido digital?
La respuesta, como siempre, dependerá del uso que se le dé. Lo cierto es que Google ha puesto sobre la mesa una herramienta potente, fácil de usar y con enormes posibilidades narrativas. Quienes quieran probarla, pueden hacerlo desde gemini.google.com o labs.google/whisk.
Imagen: Captura de Pantalla