Una ley desarrollada íntegramente por ChatGPT, la inteligencia artificial generativa de texto de OpenAI, ha sido aprobada por unanimidad en Porto Alegre, Brasil. El concejal Ramiro Rosário, quien impulsó la normativa, confesó a través de su cuenta de Twitter (X) que utilizó la inteligencia artificial para redactarla, desatando una serie de reacciones y debates en el núcleo político de la ciudad.Rosário explicó que introdujo una consigna de 49 palabras en el sistema de OpenAI y, en cuestión de segundos, obtuvo un borrador completo de la propuesta, incluyendo las justificaciones. La ley, que entró en vigor en Brasil el 23 de noviembre, tenía como objetivo evitar que la ciudad cobrara a los contribuyentes la sustitución de contadores de consumo de agua en caso de robo.Esta revelación generó controversia y malestar entre los políticos locales, siendo el presidente del Concejo de la ciudad, Hamilton Sossmeier, uno de los primeros en expresar su preocupación, calificando la acción como un “precedente peligroso”. Sin embargo, Sossmeier posteriormente cambió de opinión, reconociendo que el uso de inteligencia artificial en la redacción de leyes podría convertirse en una tendencia inevitable.Rosário defendió su decisión, argumentando que la inteligencia artificial puede aportar más calidad y transparencia al sector público, además de reducir costos. Afirmó que la tecnología no reemplazará a las personas, sino que ayudará a aquellas que sepan utilizarla de manera efectiva.
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El concejal admitió que mantener en secreto el origen de la propuesta fue intencional, ya que temía que, de revelar que la ley fue escrita por inteligencia artificial, la propuesta ni siquiera hubiera sido sometida a votación en la ciudad de Brasil. “Sería injusto para la población correr el riesgo de que el proyecto no sea aprobado simplemente porque fue escrito por inteligencia artificial”, enfatizó Rosário.El caso de Porto Alegre no es único, ya que se han registrado otros usos de ChatGPT en la redacción de propuestas legislativas en diferentes partes del mundo. En Massachusetts, EE.UU., el senador estatal Barry Finegold también empleó ChatGPT para redactar un proyecto de ley sobre la regulación de modelos de inteligencia artificial.El incidente destaca el creciente papel de la inteligencia artificial en la formulación de políticas públicas y plantea preguntas sobre la ética y la transparencia en el uso de esta tecnología en el ámbito legislativo. A medida que la inteligencia artificial se integra más en diversas áreas de la sociedad, es probable que surjan más debates sobre su papel y la necesidad de una supervisión humana basada en la ética.imagen: Jonathan Kemper
