La inteligencia artificial sigue ganando terreno en Colombia, y uno de sus usos más innovadores ya es una realidad: la clonación hiperrealista. Esta tecnología permite a marcas personales y empresas crear un clon digital con un 95% de fidelidad, capaz de replicar voz, gestos, microexpresiones e incluso el estilo de pensamiento de una persona.
En redes sociales, en atención al cliente o en campañas de marketing, los dobles digitales abren nuevas posibilidades para mantener una presencia constante sin tener que grabar o responder de forma manual. Un coach, por ejemplo, puede tener un clon que resuelva dudas las 24 horas, sin necesidad de estar conectado todo el tiempo.
Entre las principales ventajas se destaca el ahorro en costos de producción, ya que elimina la necesidad de realizar grabaciones frecuentes, alquilar locaciones o contratar equipos técnicos. A esto se suma un mayor alcance con menor esfuerzo, gracias a la posibilidad de automatizar contenidos y mantener presencia constante en múltiples canales sin intervención manual.
Además, permite una personalización emocional a gran escala, ya que los avatares digitales pueden imitar expresiones, gestos y tonos de voz con un nivel de realismo capaz de generar empatía y cercanía con el público.
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Una solución para marcas personales y empresas
Agencias como Los Marketeros ya ofrecen estos servicios desde 100 dólares para pruebas básicas y hasta 700 dólares para clonaciones completas. Su CEO, Mauricio Serrano, explica que sectores como salud, belleza, bienestar y tecnología ya están usando clones digitales para crear contenidos más cercanos y efectivos, sin los retos logísticos de una producción tradicional.
Mientras los clones son ideales para creadores de contenido o profesionales que necesitan estar presentes en redes, los avatares también se adaptan a empresas que buscan humanizar su comunicación institucional sin depender de una figura específica.
¿Cómo se crea un clon?
El proceso comienza con una sesión donde psicólogos y comunicadores analizan el estilo de pensamiento del usuario. Luego se graban muestras de voz, se toman fotografías y se capturan videos que sirven para entrenar un modelo de inteligencia artificial capaz de imitar sus gestos y movimientos con naturalidad.
Finalmente, se aplica tecnología de reconocimiento facial para verificar la identidad de la persona y se firman acuerdos que garantizan el uso ético y controlado del clon digital.
Imagen: Credito / Los Marketeros
