La singularidad tecnológica podría llegar en solo 21 años. El futurista Ray Kurzweil predice una fusión entre humanos e inteligencia artificial que dará paso a una mente un millón de veces más potente.
En su nuevo libro The Singularity Is Nearer, el científico plantea que para el año 2045 viviremos la llamada “singularidad tecnológica”, un momento en el que la inteligencia artificial se combinará con la humana para formar una mente colectiva hasta un millón de veces más potente que el cerebro actual.
Kurzweil basa su visión en avances que ya están en desarrollo. Uno de los pilares de este cambio serán los nanobots, diminutos dispositivos capaces de ingresar al cuerpo humano a través del sistema circulatorio. Su función sería amplificar la capacidad cognitiva, conectando directamente nuestro cerebro a redes de inteligencia artificial y bases de datos externas, sin necesidad de pantallas o teclados.
Aunque parezca sacado de una película de ciencia ficción, Kurzweil no habla en el aire. En 1999, predijo que la IA alcanzaría nivel humano en 2029. En ese entonces fue criticado por su optimismo, pero hoy, con modelos como GPT-4o, Gemini y Claude capaces de razonar, programar y generar imágenes, su predicción suena cada vez más plausible. De hecho, según Popular Mechanics, tecnologías como los chips cerebrales de Neuralink o los avances en interfaces cerebro-computadora ya marcan el camino hacia esa integración.
El futuro que plantea es híbrido: ni humano puro ni máquina por completo. Imagina un escenario donde podamos almacenar recuerdos, mejorar el pensamiento lógico, aprender idiomas al instante o incluso compartir pensamientos sin hablar. Todo, gracias a una conexión directa entre nuestra mente y la nube.
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Pero no todo son promesas. Esta visión también plantea desafíos éticos, sociales y económicos importantes. ¿Quién controlará esa inteligencia amplificada? ¿Cómo protegeremos la privacidad mental? ¿Qué pasará con los empleos si la inteligencia integrada supera a cualquier trabajador humano? Algunos expertos, como Nick Bostrom de la Universidad de Oxford, sugieren que este avance también obliga a discutir medidas como la Renta Básica Universal, para equilibrar los efectos sociales de la automatización.
Otro punto relevante del libro es la posibilidad de frenar o incluso revertir el envejecimiento. Kurzweil afirma que para principios de la década de 2030, podríamos alcanzar un ritmo de avance científico capaz de reparar el cuerpo más rápido de lo que envejece, lo que alargaría notablemente la vida humana. Aunque aún estamos lejos de la inmortalidad, la idea de extender la vida saludable varias décadas ya está sobre la mesa científica.
La fusión entre humanos e inteligencia artificial ya no parece un sueño lejano, sino un destino posible. Para Kurzweil, la tecnología no es una amenaza, sino una aliada para expandir lo que significa ser humano. Lo que hoy parece imposible, podría ser parte de nuestra realidad cotidiana en apenas dos décadas.
Imagen: Generada con IA / Gemini