La Unión Europea marca un hito al convertirse en la primera región en regular de manera exhaustiva el uso de la inteligencia artificial (IA). El acuerdo, alcanzado el pasado 8 de diciembre entre los estados miembros y el Parlamento Europeo, establece un nuevo reglamento que define las obligaciones y normas para el desarrollo de esta tecnología. Se espera que la legislación entre en vigor en 2026, tras la ratificación de ambas partes.Las negociaciones, que se extendieron durante 36 horas, se centraron en equilibrar la limitación de los riesgos de la tecnología con las oportunidades de desarrollo. Los puntos más controvertidos fueron los modelos de IA generativa, como ChatGPT, y los sistemas de vigilancia biométrica. Para los modelos de propósito general, se establecen criterios de transparencia, obligando a especificar el origen de las creaciones, proporcionar información detallada sobre el entrenamiento y cumplir con las leyes de derechos de autor.En cuanto a la vigilancia biométrica, se prohíben sistemas de categorización por creencias políticas, religiosas, orientación sexual o raza. También se limita la generación indiscriminada de bases de datos faciales, el reconocimiento de emociones en entornos laborales y educativos, el scoring social y la explotación de vulnerabilidades mediante IA.
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Las fuerzas del orden podrán utilizar la vigilancia biométrica en tiempo real en espacios públicos para buscar víctimas de ciertos delitos, prevenir amenazas y localizar sospechosos. Se espera que la legislación entre en vigor a principios del próximo año, una vez ratificada formalmente, y se aplique dos años después.El acuerdo, denominado AIAct, es celebrado como histórico y busca garantizar que la IA en la UE sea segura y respete los derechos fundamentales. Se clasifica la inteligencia artificial según niveles de riesgo, estableciendo requisitos estrictos para aquellas de alto riesgo. Además, se contemplan sanciones, incluyendo multas significativas y la creación de una Oficina de IA supervisada por un panel científico y la sociedad civil.La normativa también aborda la compleja relación entre la IA y los derechos de autor, exigiendo transparencia en los modelos de alto impacto. Con este enfoque, la Unión Europea espera convertirse en un referente para otras regiones y superar las diferencias para regular la IA de manera responsable y eficiente.Imagen: Guillaume Périgois