Para empezar tu emprendimiento vas a necesitar de un buen equipo, por lo que elegir al cofundador adecuado resulta de vital importancia. Segundo, obviamente, vas a necesitar una idea de negocio. Pero este proceso de ideación puede ser complejo para algunos en la época en la que sentimos que ya todo está inventado (aunque no es así). Te contamos algunas recomendaciones que pueden ayudarte a pensar en una idea de negocio y cómo desarrollar un producto o servicio que la gente quiera comprar.
Empieza tu negocio con un problema, no con una idea
Comienza por identificar un problema, preferiblemente que sea un problema tuyo. Debes primero tener en mente un problema específico que te cause molestia y frustración para poder luego mirar si hay oportunidades dentro de ese nicho. Si empiezas con una idea de solución sin haber vivido o identificado muy bien el problema, es muy probable que tu solución esté siempre en busca de un problema que no existe realmente o que puede no ser tan doloroso para un posible interesado.Una analogía de Michael Seibel lo ilustra bastante bien:
“Si tu amigo estuviera a tu lado y su cabello estuviera en llamas, ese fuego sería lo único que realmente le importaría en este mundo. No importaría que tuviera hambre, que sufriera una mala ruptura o que llegaran tarde a una reunión, priorizaría apagar el fuego. Si les dieras una manguera, el producto/solución perfecta, apagaría el fuego inmediatamente y seguiría su camino. Si les dabas un ladrillo, aún así lo agarraban e intentaban golpearse en la cabeza para apagar el fuego. Necesitas encontrar problemas tan graves que los usuarios estén dispuestos a intentar soluciones imperfectas a medias”.
Con el concepto del claro, deberás ahora estar pensando: ¿cómo encuentro un problema? Esta es la lista de control que puede servirte para identificar los problemas que merecen ser resueltos:
- Causa frustración
- Toma demasiado tiempo
- Es demasiado caro
- Ya está gastando dinero en una terrible solución
Este último punto es clave, ya que es fácil mentirse a sí mismo diciendo “pagaría por esto” si estás enamorado de tu solución genial, mientras que si ya estás pagando por algo terrible, entonces deja de ser una hipótesis.Como sugerencia para hacer los problemas más visibles podrías hacer el ejercicio de tomar cinco minutos para anotar 20 problemas que tengas. No debes pensar deliberadamente en la solución, sino sólo en un problema. La cantidad es mejor que la calidad. Repite este proceso un par de veces y verás que cada vez es más fácil definir los problemas sin preocuparse por la solución todavía.
¿Qué hacer después de tener definido el problema?
Construir y lanzar un producto o servicio es la mejor manera de validar que efectivamente has elegido un problema digno. Si por alguna razón tus suposiciones eran erróneas, deberás repetir el ejercicio hasta dar con un problema que se convierta en oportunidad. Necesitas lanzar un producto o desarrollar un servicio idóneo antes de que se te acabe el dinero y si esto no se logra, tu startup morirá. ¿Qué hacer?Paso 1. Con el problema definido, piensa en el resultado de la solución. Digamos que el problema que pensaste es que llegar al trabajo toma demasiado tiempo. En lugar de pensar en una solución como la construcción de un túnel, un vehículo volador o un robot de telepresencia (todas soluciones válidas), nos centraremos en el resultado de la solución:Si el problema es que llegar al trabajo lleva demasiado tiempo, entonces, la solución debería resultar en llegar al trabajo en menos tiempo.En este paso, no nos preocupemos por lo que construiremos para que nos lleve menos tiempo llegar al trabajo. Tenemos un problema bien definido y tenemos un resultado de la solución bien definido. Ahora elegimos el momento.Paso 2. Escoge una fecha de lanzamiento, la única variable que no cambia es el tiempo.Primero definimos el “cuándo” y luego el “qué”. Cuanto más dinero y tiempo tengas, más lejos desde hoy puedes lanzar. Esto significa que en lugar de planear con tu equipo la construcción de algo con un conjunto de características, debes elegir primero una fecha de lanzamiento y después decidir qué construir que resuelva el problema de alguna manera.Dado que en esta etapa deberías ser un pequeño equipo de dos o tres fundadores y has recaudado muy poca o ninguna financiación, deberían ser días o un par de semanas, no meses. Este enfoque ayuda a luchar contra el perfeccionista que hay en todos nosotros, esa vocecita de “aún no está listo” que nos lleva a convencernos de que si movemos la fecha por unos pocos días entonces funcionará. Los días se convierten en semanas, y las semanas en meses, hasta que te quedas sin dinero y/o tiempo.La primera versión probablemente no funcionará como querías, tampoco la segunda o la tercera, así que lo mejor será terminarlas rápidamente para seguir avanzando en la construcción de una versión que funcione. Si la primera versión funciona como una solución para sus clientes, entonces ¡genial! Esa primera versión que lanzaron en unos pocos días o semanas demostró que valía la pena resolver el problema y ahora pueden iterar más rápido. Aunque esto sucede muy raramente.
Mantenlo simple
Esta imagen es de la analogía de la patineta de Herik Kniberg
Si mantienes el tiempo como la constante y el alcance como la variable, entonces te verás obligado a reducir el alcance de la solución. Si te acercas a la fecha límite y sientes que necesitas extenderla, reduce el alcance, no extiendas la fecha límite. Los alcances más pequeños hacen productos más simples y mejores, no necesariamente productos malos. (Puedes leer el concepto de Simple, Lovable, Complete de Jason Cohen).Si tienes unas pocas horas antes del lanzamiento y no está listo todavía, no muevas la hora de lanzamiento, reduce el alcance. Si no puedes reducirlo, ¡lánzalo! No será lo que originalmente imaginaste y seguramente habrá fallas que ni siquiera habías considerado, pero si el problema vale la pena, los clientes usarán un producto defectuoso mientras proporcionan una valiosa retroalimentación y ahora usted y su equipo estarán muy motivados para iterar rápidamente. Si sus suposiciones sobre el problema o la solución eran erróneas, bueno, no desperdició meses valiosos para averiguarlo, puede intentarlo de nuevo.Volviendo a nuestro ejemplo: supongamos que tenemos dos meses de financiación. Entonces diría: construyamos un producto en los próximos 3 días. Dándonos espacio para lanzar, medir y hacer el proceso de nuevo si fallamos. Problema: Llegar al trabajo toma demasiado tiempo.Resultado de la solución: Llegar al trabajo toma menos tiempo.Fecha de lanzamiento: 3 días.¿Qué podría construir en 3 días para el tiempo que se tarda en llegar al trabajo? ¡Una patineta!
Foto destacada: Danielle MacInnes en Unsplash.
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