Finanzas Prácticas es el programa en línea de educación financiera de Visa, que incorpora una guía con recomendaciones sobre cómo una pareja puede ir trazando un camino financiero en conjunto, a medida que la relación va evolucionando emocionalmente.
De acuerdo con Visa, en el marco de la celebración de San Valentín, pensar en expresar afecto y estrechar aún más los lazos con la pareja es importante. Sin embargo, analizar el ámbito financiero también es un punto a tener en cuenta a medida que se va afianzando la relación, con el fin de identificar metas conjuntas y llevar a la pareja hacia el logro de objetivos comunes. Finalmente, una pareja también es una empresa.
Basados en esto, Finanzas Prácticas compartió algunos momentos -dentro del proceso de relacionamiento- que son pertinentes para aprender a manejar las finanzas en pareja:
1. Al inicio de una relación, hay algunas preguntas importantes que hacer: ¿Es ya un noviazgo o es amistad?, ¿qué se puede empezar a compartir? El inicio de la relación es la oportunidad para que la pareja se conozca. La confianza mutua se va construyendo y ambas partes deben tener cautela con relación a los asuntos personales, profesionales y financieros. No es recomendable compartir tarjetas débito o crédito, o el PIN (NIP) personal, asi como los carros o las llaves del apartamento (si apenas se están conociendo).
2. Economía de ‘a dos’: Cuando la relación va tomando fuerza, la complicidad se instala y llega la voluntad de compartir más que sólo momentos de diversión. La pareja comienza a hablar del futuro. En este momento es natural plantearse preguntas como: ¿cuáles son los sueños y objetivos de cada uno?, ¿cómo pueden encarar el tema del dinero?
3. Hora de hacer planes: Llegó la hora de establecer metas comunes. Las metas son un factor de motivación para que la gente avance en su planificación financiera de corto, mediano o largo plazo. Aquí es donde juega un rol importante la elaboración de un presupuesto para facilitar la planificación de los gastos en conjunto, y poder alcanzar objetivos financieros comunes, de manera más eficiente.
4. Pensar en el gran paso de casarse o convivir juntos: Si ya consideraste este paso, es importante dialogar sobre ingresos y prioridades de consumo, revisar hábitos de compra, compartir decisiones sobre créditos o posibles inversiones, al igual que pensar en reservar recursos para proyectos de superación profesional que beneficien a ambos (como realizar un posgrado).
5. Ya casados: Es hora de pensar en un nuevo presupuesto. La pareja puede dejar de lado la planilla de control, utilizada mientras estaban solteros. Aquí pueden actualizar y combinar presupuestos, reflexionando sobre su nueva situación de vida en común. Algunas preguntas a plantearse pueden ser: ¿todo junto o no?, ¿quien gana más, gasta más?
6. Una carrera a largo plazo: En esta y en todas las fases hay que poner atención en la ‘fidelidad financiera’. Una vida entre dos puede ser muy buena para las finanzas personales, porque la pareja ‘acompaña’ las inversiones hechas o los créditos adquiridos, evitando recaer en retrasos en los pagos (mora).
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