Parece claro que Google Glass será la punta de lanza de la próxima revolución móvil: la computación vestible. Todavía está en una etapa muy embrionaria, pues tiene pocas aplicaciones y muy pocos usuarios, todos ellos ‘adoptantes tempranos’. Pero el entusiasmo de desarrolladores y del público, sumado al músculo tecnológico y financiero de Google, podrían convertirlo en algo similar a lo que, en su momento, fueron el iPhone y el iPad: fenómenos masivos que crean nuevos mercados.
Y tal como ocurrió en su momento con los smartphones y las tabletas, las empresas tendrán que solucionar el problema de su adopción y ‘domesticación’ en ambientes corporativos. De hecho, esto podría ocurrir antes de lo que todos esperan: Google, según reporta Quartz, ya estaría “intentando persuadir a [algunas] firmas a comprar el dispositivo y desarrollar aplicaciones para él“, y –de acuerdo con ZDNet– las primeras apps corporativas llegarían en 2014.
El diseño de una política de BYOD para dispositivos como este, que capturan y procesan información de maneras tan particulares, debe abordar especialmente las consecuencias de privacidad que genera tener una cámara al nivel de los ojos adosada todo el tiempo. En la empresa esto puede ser crítico, especialmente por los riesgos de robo de propiedad industrial.
Como recuerda Jerry Irvine, miembro de la Alianza por la Ciberseguridad de Estados Unidos, en una entrevista con BaselineMag, “la gente puede grabar o fotografiar cosas sin que nadie alrededor sepa lo que está haciendo“, lo que facilita que información valiosa o incluso confidencial salga de la organización con poco o ningún control.
Para otros expertos como Jay Freeman, especialista en seguridad en Android, el hecho de que los lentes funcionen con una versión de Android añade riesgos de seguridad asociados a la posibilidad de ‘rootear’ o hackear los dispositivos para activarlos remotamente y usarlos para robar información.
Según la revista, los analistas de seguridad “predicen que las prohibiciones generalizadas en el sitio de trabajo se convertirán en el lugar común cuando el producto sea lanzado comercialmente“.
Pero una mejor solución puede estar en manos de los desarrolladores. “Si usted ofrece un servicio a través de Glass, un argumento de venta podría ser que ofrezca un mejor cifrado“, le dijo a CIO Shane Walker, un analista de IHS, una firma de investigación. Además, si se logra el bloqueo específico del acceso a servicios específicos, como Google+, Dropbox o SkyDrive, se mitigará el riesgo de robo de información.
Sin embargo, aquí nada ha cambiado: lo más importante sigue siendo tener unas políticas claras y orientadas al negocio, y una administración eficiente. “Lo mejor que puede hacer una organización es aproximarse al dispositivo con precaución y asegurarse de que los sistemas de seguridad estén afinados para poder manejar sus características“, concluye Irvine.
Si las Glass son un dispositivo único (osea que no tienen que estar conectados a un teléfono inteligente) tendrán un gran éxito; de lo contrario son igual al Samsung Gear, Para que cargar mas dispositivos.
Se ha dejado claro hace años que son dispositivos que funcionan solos, ud en que mundo vive?
Si las Glass son un dispositivo único (osea que no tienen que estar conectados a un teléfono inteligente) tendrán un gran éxito; de lo contrario son igual al Samsung Gear, Para que cargar mas dispositivos.
Se ha dejado claro hace años que son dispositivos que funcionan solos, ud en que mundo vive?
si los ojos se me van a volver como el de la sra de la foto mejor deje asi 🙂
si los ojos se me van a volver como el de la sra de la foto mejor deje asi 🙂