Esta publicación contiene mútiples spoilers sobre el regreso de la séptima temporada de ‘Mad Men’. Si no has visto el episodio ni estás al día con la serie, te recomendamos no leer esta nota.
Un regreso con pie derecho
Gracias ‘Mad Men’ por tanto. Su regreso a la pantalla chica fue majestuoso, un episodio vibrante y emotivo en el que volvimos a estar cerca de esta maravillosa historia que seguimos desde hace varios años y que llegará a su fin el próximo 17 de mayo. Dirigido por su creador Matthew Weiner, el episodio nos recuerda los grandes elementos que hacen de ‘Mad Men’ uno de los mejores shows de los últimos tiempos: los diálogos audaces y agudos, las canciones elegidas para el momento perfecto, su impresionante estética visual, la actuación de los personajes, los detalles que anuncian lo que estamos a punto de ver y un ambiente de época que realmente nos transporta al momento en el que están sus protagonistas.
Aquello que ya no se tiene, aquello que se dejó atrás
‘Severance’ (nombre del capítulo) es un episodio para ver a los personajes rememorando y volviendo de alguna forma a su pasado en contraste con su presente, algo que ‘Mad Men’ hace con mucha frecuencia, especialmente con un personaje como Don, que atravesado por su atormentada infancia, actúa de movido por sus traumas.
La muerte de Rachel (quizá la única amante que Don realmente quiso) y su aparición premonitoria en sueños fue crucial en este episodio. Muerte que es anunciada justo después de la escena en la que se derrama el vino tinto en la alfombra blanca. Este gesto, de anunciar aquello que está por venir es muy propio de la serie y una vez más está muy bien logrado. En ese momento, muchos de los espectadores ya presentían que algo trágico iba a suceder.
Las escenas de Don con la mesera, mujer que le parece especialmente familiar (personalmente se me hizo muy parecida a Midge, la primera mujer que vimos en los brazos de Draper) fueron la forma de representar un Don agobiado por sus fantasmas. ‘Severance’ es una especie de regreso de Don a las primeras temporadas: un hombre rodeado de múltiples mujeres, durmiendo con algunas a las que seguro no les conoce el nombre, pero con los mismos vacíos y soledades de siempre.
Peter también rememora lo que fue su vida en California, un pasaje de su vida que fue casi como un sueño: “En ese momento se sentía tan real”, le dice a Ken. Lo mismo sucede con Joan, que va a la tienda en la que trabajó como vendedora, solo para mirarse en el espejo y ver la mujer que ya no es, ver la mujer en la que se ha convertido.
Joan vs. Peggy
Joan y Peggy son dos mujeres que han llegado muy lejos. En ‘Severance’ se ve claramente el tipo de relación dual que manejan: momentos en que deben trabajar en equipo, respaldarse mutuamente y sobrevivir en un mundo en el que pocas mujeres ocupan una posición como la que ellas ocupan, mientras soportan estar rodeadas de hombres con la típica actitud machista, representada por los tres hombres de McCann-Erickson con los que tienen que reunirse en el capítulo.
Pero a la vez, las dos tienen momentos de rivalidad, en los que dejan muy claro en pantalla que son dos mujeres muy diferentes. Eso se lo deja muy claro Joan a Peggy en la escena durísima del ascensor, especialmente cuando Joan le dice a Peggy: “No me visto de la forma en la que tú lo haces porque no me veo como tú te ves y eso es muy, muy cierto”. Frase que es claramente el motivador para que Peggy acepte una cita a ciegas.
Lo cierto es que no son solo diferentes por su aspecto físico. Lo son también por la forma en la que han llegado a la posición en la que están. No quiero subestimar a Joan, porque me parece una mujer muy inteligente, pero todos sabemos que de no haberse prostituido para convertirse en socia, no estaría en el lugar en el que está. Todo lo contrario a Peggy, quien ha llegado donde está a punta de trabajo duro, de trasnochadas, de su ingenio y de su creatividad.
Ken, figura central en este debut
Me encanta el personaje de Ken. Siempre me ha parecido uno de los más talentosos en Sterling Cooper y siento mucha empatía por representar la disyuntiva entre escritor y publicista. Ken, además de ser uno de los personajes principales en este episodio, también es un buen enganche para toda la atmósfera de sueños y premoniciones que se vive en el capítulo. Eso lo vemos claramente con la conversación que tiene con Don, minutos después de enterarse de que lo despidieron, como si eso representara una señal en su vida, una señal de que debería dedicarse a escribir.
A pesar de que al final tome otro rumbo y se haga cargo de la empresa de su suegro para convertirse ahora en cliente de Sterling Cooper ,esto es exactamente como decía una amiga: “No entendí por qué no se fue a escribir, pero me gusta, es como un gesto anticorporativo. Nadie valora nada ahí [en la agencia], así que mejor que se jodan”. Es increíble la forma en la que Ken les dice a Roger y Pete: “Soy un cliente difícil de complacer”. Hermoso final.
El bigote de Roger
No hay mucho para decir acá, creo que todos nos sorprendimos al ver a Roger con este nuevo look: ¡Bienvenidos a los setenta!
Imágenes: Mad Men y AMC (vía Facebook).
joan no se prostituyo por que quizo, fue mas obligacion y por ayudar a la agencia, cosa que nadie le agradeció mas que el antiguo jefe de cuentas que le ofrecio ser socia, él se vio buena onda
joan no se prostituyo por que quizo, fue mas obligacion y por ayudar a la agencia, cosa que nadie le agradeció mas que el antiguo jefe de cuentas que le ofrecio ser socia, él se vio buena onda