Cómo guardar la comida en la nevera para que dure más tiempo

Nevera.
Todo tiene su lugar.

Nevera.
Todo tiene su lugar.

Como sabrá cualquiera que haya vivido por su cuenta, conservar los alimentos en buen estado no es tan sencillo como ponerlos en la nevera y sacarlos cuando se vayan a usar. Hay algunos aspectos muy importantes que debes tener en cuenta para que tu comida se mantenga fresca, deliciosa y con todas sus propiedades nutricionales por más tiempo.

A continuación, te presentamos los aspectos básicos para entender mejor cómo funciona tu nevera y cómo usarla correctamente.

La temperatura no es la misma en toda la nevera

Quizás ya sabes que la nevera y el congelador tienen temperaturas diferentes, pues están pensados para usos diferentes. Pero, dentro de la misma nevera, la temperatura varía, y esto determina, en parte, qué alimentos debes guardar en qué espacios.

La parte superior de la nevera es la que menos varía en temperatura, mientras que la parte inferior es la más fría y allí deben ir los productos más delicados y sensibles a los cambios, como los lácteos, las carnes crudas o los huevos. Algunos prefieren guardar la comida a la que se debe tener acceso fácil en las partes superiores, como las carnes frías listas para consumir, o la comida cocinada que no se consumió al momento o las bebidas –siempre en recipientes plásticos herméticos–.

Las puertas son la sección menos fría, y también la que está más expuesta a los cambios de temperatura. Por eso, allí deben estar los alimentos que más resistan estos cambios, como las salsas, los encurtidos, el agua fría o algunas bebidas. El problema es que la mayoría de personas no saben esto y las usan mal. Allí no debe ir la leche o los huevos, que son alimentos muy sensibles que pierden frescura cuando pasan del frío al calor rápidamente. Si revisas tu nevera, es probable que eso sea justamente lo que está allí.

En cualquier caso, la temperatura de la nevera no debe estar encima de los 4 grados centígrados, y la del congelador nunca debe ser superior a los 0 grados. De lo contrario, es posible que no todos los alimentos sean conservados en buenas condiciones.

Con todo, las neveras de Samsung tienen herramientas que hacen que los cambios de temperatura sean menos drásticos y la comida se mantenga fresca por más tiempo. La tecnología All-Around Cooling mantiene los flujos de aire constantes gracias a que emite varios flujos de aire en los diferentes compartimientos. Además, su compresor es más potente que en las neveras tradicionales, por lo que la temperatura que se pierde cuando la nevera se abre se recupera muy fácilmente, de esta forma el cambio térmico es inferior.

Ojo con la humedad

La clave para mantener las frutas y verduras frescas por más tiempo es controlar la humedad en la nevera. Los alimentos que se secan más rápido, como el apio, los pepinos o las hojas, requieren más humedad que los que se marchitan más despacio, como los calabacines o las cebollas. Por eso, es buena idea agrupar los alimentos que requieren un nivel similar de humedad, aunque esto no siempre es posible.

Los modelos de Samsung tienen compartimientos especiales para estos alimentos, que mantienen la humedad hasta un 80%. Éstos cuentan con una tela que controla la humedad y garantiza que esté en los niveles adecuados: abre la porosidad cuando hay mucha humedad; y cuando hay poca, los cierra. Además, el usuario puede controlar la humedad en los cajones con unos pequeños pilotos.

Lo más importante, sin embargo, es no guardar las frutas y las verduras fuera de los compartimientos. Así, se evita que el aire seco acelere su deterioro.

El etileno: tu peor enemigo

El etileno es un gas inoloro e incoloro que puede hacer desastres en tu nevera. El problema no es que sea tóxico; sino que algunos alimentos lo liberan en su proceso natural de maduración, mientras que otros se deterioran cuando entran en contacto con él. La clave es, entonces, evitar que unos y otros estén guardados en la misma zona.

Por norma general, las frutas son las que liberan el gas, y los vegetales son los que se deterioran cuando entran en contacto con él –recuerda que el tomate es una fruta, no un vegetal–. La única excepción es el melón, que pertenece al grupo de los que se daña a pesar de ser una fruta.

Otro punto que debes tener en cuenta es que algunas frutas pueden perfectamente ser guardadas fuera del refrigerador, como las manzanas o los duraznos. Pero si quieres almacenarlas por algún tiempo, debes ponerlas en él. Resulta que, entre más frío es el ambiente, menos respiran los alimentos, lo que alarga su vida útil.

Las cosas donde son, y en el tiempo que son

Finalmente, recuerda que los alimentos tienen su lugar. Las carnes crudas siempre deben ir congeladas, y si las quieres consumir las debes descongelar en la nevera y cocinarlas tan pronto puedas. En cambio, hay alimentos que no debes congelar nunca, como los huevos enteros o las ensaladas.

La mayoría de alimentos aguantan varios meses en el congelador, pero en la nevera su duración puede ser mucho menor. Consulta esta tabla para saberlo.

Finalmente, hay comidas que puedes dejar fuera de la nevera: los aceites, las nueces, las harinas, las papas o las cebollas. Ellas pueden sobrevivir sin problema antes de ser refrigeradas.

Imagen: Samsung.

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Somos periodistas, blogueros y personas de distintas profesiones con una enfermedad crónica en común: estamos obsesionados con la tecnología y la cultura digital y queremos contagiar a toda Latinoamérica con nuestra fiebre. Vivimos día y noche metidos en este mundo, con el único objetivo de traerles las noticias y novedades más recientes.

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