El último mes ha estado agitado entre Huawei y el Gobierno de Estados Unidos. Esto debido a que el Departamento de comercio de la administración Trump puso a la compañía en una lista negra que prohibe a las agencias estadounidenses hacer negocios con ella.
Esta semana, Huawei presentó una moción de juicio sumario como parte del proceso para cuestionar la constitucionalidad de la medida tomada en su contra. Esta está contenida en la sección 889 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés) de 2019. Además, aprovechó para hacer un llamado al Gobierno de EE. UU. para que detenga la campaña de desprestigio en su contra.
Desde que se tomaron las medidas, el pasado 16 de mayo, Huawei perdió el aval de usar Android en sus dispositivos futuros. Además, ARM eliminó las licencias de los chips para móviles, y fabricantes como Qualcomm, Intel y Broadcom también pausaron sus relaciones comerciales con la compañía de Shenzhen. Esto bloquea, por completo, las intenciones de la compañía de lanzar un nuevo dispositivo
Song Liuping, jefe de la oficina legal de Huawei, afirmó que “el Gobierno de Estados Unidos no ha proporcionado pruebas que demuestren que Huawei es una amenaza para la seguridad.” Además, señaló que usar la ciberseguridad como pretexto para castigar a la compañía “no hará que las redes sean más seguras”. Song agregó que “eso podría dar una sensación falsa de seguridad y desviará la atención de los desafíos reales a los que las compañías deben hacer frente”.
Más que los dispositivos, la conectividad 5G
En este momento se libra la carrera por la implementación de la tecnología 5G en el mundo. Mientras que los fabricantes de dispositivos se esfuerzan por presentar sus primeros modelos, la verdadera justa se encuentra en la tecnología que hará esto posible.
Como informa el diario español El País, en Estados Unidos ronda la tesis del general retirado James L. Jones, en la que si China controla la infraestructura digital del Siglo XXI, explotará su posición para sus propósitos de seguridad nacional y tendrá una influencia coercitiva en EE. UU. y sus aliados”. Esto, en palabras de Jones, facilitaría que China llevara a cabo actividades de espionaje.
De esta forma, Trump cree que la compañía china podría instalar una puerta trasera en las redes 5G y, de esta manera, permitiría al Gobierno chino controlar las comunicaciones de todo el mundo. No obstante, Huawei insiste en que dicha acusación es falsa e, inclusive, se ofreció para dar acceso a cualquier autoridad para que puedan comprobarlo por sí misma.
Huawei confía en la independencia del sistema judicial estadounidense
“El sistema judicial es la última línea de defensa de la justicia. Huawei tiene confianza en la independencia y la integridad del sistema judicial de Estados Unidos. Esperamos que los errores de la NDAA puedan ser corregidos por el tribunal”, agregó Song.
Uno de los argumentos de la compañía china es que la NDAA señala a Huawei por su nombre y, además de prohibir a las agencias del gobierno estadounidense comprar equipos y servicios de la compañía, también les prohibe contratar u otorgar subvenciones o préstamos a terceros que compren equipos o servicios de Huawei, aunque no haya impacto o conexión con el Gobierno de Estados Unidos.
No obstante, la razón por la que se presentó la moción de un juicio sumario para acelerar el proceso se debe a que, de acuerdo con la compañía, el Gobierno estadounidense no ha presentado las pruebas suficientes que sustenten sus afirmaciones. Además, también se reclama que no hubo un debido proceso ya que se encontró culpable a Huawei sin juicio de por medio.
Por último, se espera que la audiencia sobre la moción se realice el próximo 19 de septiembre.
Imagen: Fanliso (vía iStock).