Por David Orrego – @SoyDavidOrrego
Desde la década de los 60, la carrera aeroespacial ha estado dominada por tres superpotencias mundiales: Rusia, China y Estados Unidos. La misma ambición que llevó a estos países a conquistar el espacio se refleja hoy en el desarrollo de nuevas tecnologías cognitivas: ahora no solo compiten por la exploración espacial, sino también por el dominio de la Inteligencia Artificial.
La startup Neuralink, fundada por el presidente de Tesla, Elon Musk, trabaja en el desarrollo de lazos neuronales, permitiendo a las personas sacar beneficio y control de ese tipo de inteligencia. Además, permite potenciar sus capacidades cognitivas a través de unos pequeños electrodos implantados en el cerebro que, en un futuro, podrían descargar todos nuestros pensamientos.
Solo bastará con pensar lo que queremos escribir en nuestros dispositivos para que aparezca en la pantalla sin necesidad de tocar el teclado, convirtiéndonos finalmente en una especie de organismos cibernéticos.
Por su parte, Mark Zuckerberg, presidente de Facebook, tiene una visión de un futuro muy tecnológico y avanzado, pero al mismo tiempo peligroso si no se tienen en cuenta sus recomendaciones para moderarlo.
En el laboratorio de Inteligencia Artificial de Facebook, más conocido como ‘Edificio F8’, está todo lo relacionado con realidad virtual y aumentada, inteligencia artificial, conectividad e Internet de las cosas. Allí, la compañía está realizando experimentos enfocados en el hardware ‘aparentemente imposible’.
Hace algún tiempo, los desarrolladores de FAIR (Facebook Artificial Intelligence) se llevaron una inquietante sorpresa: dos ‘chatbots’ se desviaron de su programación original y se empezaron a comunicar en un lenguaje desarrollado sin ayuda humana.
Los bots, Bob y Alice, usaron palabras aleatorias y sin un aparente sentido. Los investigadores pensaron que el sistema de IA estaba sufriendo un fallo. Sin embargo, tras un análisis profundo se dieron cuenta de que había un patrón en las palabras.
Esto significó la creación de ‘su propio lenguaje’: habían considerado que de esta manera era mucho más simple comunicarse que usando el inglés. Horas después, ante la falta de comunicación entre el sistema y el ser humano, Facebook decidió apagar el sistema antes de perder por completo el control.
Mastercard dentro de la carrera
Otras empresas también le apuestan a incluir en sus sistemas innovaciones en inteligencia artificial para mejorar su productividad. Mastercard, por ejemplo, llegó a un acuerdo para adquirir la compañía Brighterion, una compañía de software líder especializada en esta área que cuenta con un producto llamado Smart Agent.
Esta tecnología se une al paquete de productos de seguridad de Mastercard que ya usa inteligencia artificial para brindar una mejor experiencia y seguridad a sus clientes. Las percepciones y capacidades resultantes del equipo combinado proporcionarán mayor precisión y un nuevo elemento en la gestión de riesgos y la protección del consumidor.
Imagen: Pixabay.