Hace poco tuve la oportunidad de asistir al último concierto de la gira del Kingdom Hearts Orchestra – World Tour 2018 en la Ciudad de México. Para aquellos que no estén enterados de qué es, se trata de una gira de conciertos por todo el mundo, supervisados por Tetsuya Nomura y Yoko Shimomura, responsables por la música del juego. Los fans tienen la posibilidad de escuchar en vivo la banda sonora de la franquicia de Square Enix, con versiones orquestales de canciones como ‘Hikari’ o ‘Dearly Beloved’.
Si he de ser honesto, hasta el momento de mi viaje no había jugado el primer título de ‘Kingdom Hearts’. A pesar de haber disfrutado de ‘Final Fantasy’, el viaje de Sora y compañía nunca me llamó la atención. Así, me senté ignorante a escuchar a la orquesta interpretar música que nunca había disfrutado. Dos horas después (que es lo que dura el concierto) la melodía de ‘Hikari’ seguía resonando en mis oídos. No se fue tampoco al día siguiente, cuando acompañé mi tiempo en el aeropuerto y el avión en un recorrido por toda la banda sonora de la franquicia.
Llevo una semana fascinado de cómo ni los tráileres, el gameplay o la historia de la franquicia me motivaron a acercarme a ‘Kingdom Hearts’. En cambio, un concierto me ha inspirado a sumergirme por completo en su historia.
La música cuenta historias (¡obvio!)
Una de las lecciones de esta experiencia es que con mayor frecuencia de lo apropiado subestimo la banda sonora de juegos que me gustan. No me malinterpreten. No se trata de que la ignore por completo, sino que hasta el momento no comprendía a profundidad la potencia que tienen para contar historia. Escuchen, por ejemplo, ‘Dearly Beloved’ de ‘Kingdom Hearts’.
Basta con dedicar 5 minutos para comprender el contexto de esta melodía. Es una canción de nostalgia, de pérdida y de una tristeza hermosa. Incluso sin el contexto de la historia, es fácil entender estas emociones y lo más seguro es que solo se vean potenciadas. Este es un poder que se puede dar por hecho, pero que transforma escenas y las convierte en memorias para toda la vida.
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Luego está el viaje emocional para recordar
Después de esto, me vi en la tarea de hacer un recorrido por las bandas sonoras de mis juegos favoritos y redescubrir qué emociones causaban. Fue un viaje maravilloso en el que pude encontrarme de nuevo (como si fueran amigos del colegio) esos momentos con tan solo cerrar los ojos y dedicarme a la música.
Como ‘Swear to my Bones’: la maravilla de completar una amistad. De descubrir la historia de alguien más y crear un vínculo en ‘Persona 5’.
O la magia de ‘Amusement Park’ que combina lo hermoso, con lo tétrico y cruel de ‘NieR: Automata’.
https://www.youtube.com/watch?v=jjDO91gNiCU
El sueño de un caballero incapaz de salvar a su amada y buscando algún tipo de redención en ‘Shovel Night’, mientras que de manera desesperada solo te pide algo: ¡que la atrapes!
Algunas veces no tiene que ser una historia sino un ambiente. El tema principal de ‘The Binding of Isaac’, que de inmediato me lleva a esas vacaciones en las que lo completé al 100%.
¡La experiencia maravillosa de escucharla en vivo!
He repetido el Ost completo de ‘Kingdom Hearts’ hasta el cansancio. Luego, le comenté a un amigo que no entendía por qué la versión en vivo para mi tenía mucha más fuerza. En ese momento, en el teatro, casi podía sentir como la música provocaba una sensación física (escalofríos, pena o adrenalina). Para mi fortuna, él –que es músico–, me informó que “las grabaciones de disco no captan todas las frecuencias sonoras de una orquesta y hay timbres que no quedan”. De ahí que la experiencia en vivo supere cualquier reproducción en YouTube.
Así que les hago la siguiente invitación: en Bogotá hay varias presentaciones al año en las que se realizan conciertos centrados en música a los videojuegos, series y películas. Si tienen la oportunidad, vayan. La experiencia de escuchar la banda sonora de algo que los enamoró es la oportunidad de hacer vibrar sus corazones y despertar una catarata de emociones escondidas o descubrir historias a través de sonidos.
Imágenes: Square Enix