En un mes saturado de juegos y drama político, llega un juego sobre liberar a Londres. ‘Watch Dogs Legion’ es la entrada más reciente de la franquicia de Ubisoft y, de manera extraña, el primer de dos juegos de mundo abierto del desarrollador en menos de dos meses (esperemos que no se crucen demografías allí).
En cualquier caso, ‘Watch Dogs Legion’ quizás se tomó el descaro de llegar poco antes, por una promesa particular: puedes jugar como cualquiera de los NPC del título. La idea es que tú armes tu propio ejército para combatir la tiranía impuesta en Londres. Esto significa que, a diferencia de los dos títulos previos no hay un protagonista, sino que en cambio jugarás con los personajes que reclutes a lo largo de la campaña. Un concepto que busca cambiar la idea de los NPC como gráficos andantes en los mundos abiertos de Ubisoft.
‘Watch Dogs: Legion’ es una mejora importante de las dos primeras entradas. La idea de ofrecer su catálogo completo de NPC como personajes le da un carácter especial a su mundo y a sus acciones. Eso sí, no esperes que cada reclutamiento sea único y prepárate para unos diálogos bastante malos. Mecánicamente abandona algunas de las peores ideas de ‘Watch Dogs 2’ y las remplaza por un sistema de progresión que, aunque lejos de perfecto, te motiva a crear tu propio ejército. Su campaña tiene la fuerza para motivarte a iniciar una rebelión y explorar Inglaterra a tu propio ritmo.
¡Viva la revolución!
El elemento con el que Ubisoft vendió ‘Watch Dogs: Legion’ era la posibilidad de reclutar a cualquier NPC en tus intentos de liberar a Londres. Una promesa que, tendemos que decir, el estudio cumplió. Al momento de iniciar tu campaña escoges un personaje de una lista y, tan pronto sales a la calle, ves que en la cabeza de algunos NPC aparece un comando para reclutar. Literalmente puedes enlistar a cualquier persona, ya sea un policía, un doctor, una anciana o incluso a alguien sin techo.
También hay diferentes maneras de reclutar a alguien. En algunos casos ciertos NPC se unirán a ti conforme avance la campaña. Otros escucharán de tus buenas acciones ayudando a sus familiares y amigos y se ofrecerán como reclutas. Cada vez que liberas un distrito recibes un nuevo aliado e incluso puedes comprar un par en la tienda. También están aquellas personas que no tienen una impresión tan buena de DedSec (el grupo que intenta liberar a Londres) por lo que antes de poder comenzar a reclutarlos tendrás que ganar ciertos favores de su lado.
Por supuesto, puedes agregar a cualquier persona a tu bando. Pero el juego en cierta manera te motiva a buscar a aquellos que ofrezcan mayores ventajas. Cada NPC viene con una serie de habilidades ‘únicas’. Por ejemplo, reclutar a un obrero te da acceso autorizado a zonas de obra. Tener a un abogado en tus lista recorta el tiempo de uno de tus socios en la cárcel, mientas que un médico en el grupo hace lo mismo por los heridos. Los espías cuentan con carros que se camuflan y los sicarios son perfectos en el combate… parte de la diversión en ‘Watch Dogs: Legion’ está en probar con cada uno de los miembros de tu equipo en las misiones y ver cómo el personaje seleccionado puede cambiar de manera radical la manera en la que te acercas al juego.
Creo que la mayor mejora está en que las historias de estos NPC resultan en mejores protagonistas que los dos anteriores de ‘Watch Dogs’. Incluso si su pasado se resume a un libreto con pequeñas modificaciones y después de tu veintavo reclutamiento te das cuenta de que dicen las mismas líneas, incluso con este elemento siguen siendo mucho más simpáticos que el blando y poco memorable personaje de ‘Watch Dogs 2’. Por supuesto, también resulta entretenido infiltrar Scotland Yard desde un dron como una persona de 65 años retirada como espía.
El puente de Londres está cayendo
No esperes que cada NPC ofrezca una experiencia de reclutamiento o incluso una apariencia única. Cada uno de estos arquetipos es creado utilizando una capa de números aleatorios que cambia la voz, edad, apariencia, sexo, pasado, y otros rasgos del personaje. Pero es claro cuando pones a dos boxeadores sin guantes de lado a lado que las diferencias son las mismas que obtienes de cualquier juego que genere ‘objetos’ con RNG. Dicho esto, la variedad es suficiente para que pocas veces la ilusión de un grupo diverso se rompa.
El punto en el que ‘Watchdog: Legions’ tiene mayores problemas es el dialogo. Algunas interacciones con los personajes resultan dolorosamente malas y la entrega de ciertos momentos se ve asesinada por voces o frases que matan cualquier intento por tomar a estos activistas cibernéticos en serio. Tampoco ayuda que en ciertos casos parece que la guía del estudio fuera: ‘habla lo más británico que puedas’, haciendo que se sienta como malas caricaturas de la ciudad.
Otro problema que tienen sus NPC es que siguen siendo particularmente poco inteligentes. Los transeúntes saltarán de las aceras incluso si estás a metros de atropellarlos o incluso atravesarán zonas restringidas rompiendo el sigilo que habías pasado minutos enteros manteniendo. También sufrimos de varios errores, en especial con los vehículos que por alguna razón decían iniciar un accidente de tráfico o incluso rodar de manera demente por aceras.
Únete a la revolución: tenemos hackers
‘Watch Dogs: Legion’ es una mejora tan evidente del juego anterior, principalmente por la decisión de cambiar algunos de los elementos más internos de cómo funcionan sus mecánicas. ‘Watch Dogs 2’ quería ofrecer una suerte de ‘GTA’ con hackers: podías recorrer la ciudad sembrando caos, explotando o asesinando a los ‘malos’, robando tiendas o vehículos… el problema estaba en que su implementación era terrible porque, al mismo tiempo que te pedía recorrer la ciudad a toda velocidad causando caos para perder a la policía, te castigaba o motivaba poco a ser el bueno de esta historia.
‘Watch Dogs: Legion’ corrige este error desde varias formas. Para empezar, el hecho de que cada NPC pueda ser un recluta y que las acciones frente a ellos modifiquen su disposición a unirse a tu causa es enorme. Esto, por ejemplo, quiere decir que quizás lo mejor no sea entrar y golpear a todos los miembros de una banda o incluso eliminarlos, pues esto afectará la posibilidad de reclutarlos a ellos o a personas cercanas. Esto significa conducir con cuidado o incluso ayudar a alguien en peligro.
El juego también parece ofrecer alternativas mucho más diversas a la manera de acercarse a los retos diferentes. Es emocionante ingresar a un edificio y encontrar que quizás la mejor opción para esta misión era un experto en drones, o alguien con autorización para ingresar o una persona con un Aracnobot para recoger ciertos objetos ocultos. El hackeo también pasa de ser solo revisar cámaras para identificar enemigos a la resolución de acertijos y problemas.
Y, hablando de drones y aracnobots: una de las mejores adiciones del juego. La versatilidad que ofrecen es interesante. Era entretenido ingresar a una estación de máxima seguridad como uno de estos robots y evitar las guardias o completar misiones piloteando un dron. Es un elemento pequeño, pero por primera vez siento que ‘Watch Dogs: Legion’ aprovecha en verdad su premisa de Hackers para traer un gameplay que se apropie de este concepto en sus mecánicas para bien.
También se agradece la eliminación de mecánicas y misiones secundarias que saturen la pantalla. Si todavía hay algunas actividades que son… bleh, como es el tirar dardos o jugar a la pelota, pero al menos ahora no saturan tu menú o mapa con opciones. Puedes optar por jugar la campaña y dedicarte a liberar distritos y tendrás más que suficiente contenido.
Calificación 4.25/5.0
‘Watch Dogs: Legion’ está lejos de ser un juego perfecto. Pero, por primera vez, vemos a Ubisoft hacer algo diferente a “es GTA, pero con hackers”. Su premisa de ‘reclutarlos a todos” (perdonarán la referencia a Pokémon) le da nueva vida a la franquicia y justifica su existencia, pero quizás lo mejor es la manera en la que se integra con sus mecánicas y crea una experiencia que motiva a recorrer las calles de Londres y prender las llamas de la revolución, un NPC a la vez.
Imágenes: capturas de pantalla