Android es un sistema fragmentado. Esto quiere decir que los usuarios de la plataforma están repartidos entre muchas versiones del sistema operativo. De esta manera, no todas las novedades, como las anunciadas esta semana por la compañía con Android P, llegarán a los usuarios en el corto plazo. Sin embargo, eso podría cambiar gracias a la ayuda de Qualcomm.
Las cifras de Android versus las de iOS
De acuerdo con los datos de Android Developers del 7 de mayo, Oreo, que fue lanzado el año pasado, está en el 5,7% de los equipos. Nougat, de 2016, en el 31,1% de los equipos. Marshmallow, de 2015, en el 25,5%, y Lollipop, de 2014, en el 22,4%. Si comparamos estos datos con los de iOS, nos daremos cuenta que la más reciente versión del sistema operativo está en la mayoría de los equipos. Según datos de Apple del 22 de abril, el 76% de los equipos tienen iOS 11.
Los esfuerzos de Qualcomm
Qualcomm informó, a través de un comunicado, que ha trabajado con Google para implementar Android P en algunos chipsets Snapdragon. Específicamente, la compañía optimizó su software en los Snapdragon 845, 660 y 636. Así, pretende asegurar que los fabricantes puedan actualizar a la próxima versión de Android de manera más rápida.
Estos esfuerzos son complementarios a Project Treble. Esta iniciativa, lanzada con Android 8.0 Oreo, permite a los fabricantes separar las actualizaciones de software principales de las actualizaciones propias de la marca por temas de hardware. Sin embargo, como podemos ver al comienzo de esta nota, esto no ha logrado que avance en gran medida la penetración de Oreo en el ecosistema.
En unos meses podremos ver si los esfuerzos conjuntos entre Qualcomm y Google dan frutos. Eso sí, solo se verán en ciertos equipos, los que tengan los procesadores anteriormente nombrados.
Por el momento, llama la atención que la beta de Android P llegue a fabricantes como Xiaomi, Vivo, Sony, Oppo y OnePlus. Aunque no sabemos si esto signifique que dichos equipos reciban de primero la actualización comercial.
Imagen: Qualcomm.