Los aciertos, promesas y dudas del Samsung Galaxy S6

El Samsung que vimos el domingo, cuando presentó su Galaxy S6 como “el mejor teléfono jamás construido”, era una empresa desafiante. Parecía segura de lo que hacía, de lo que decía y de las decisiones que había tomado cuando remodeló la línea Galaxy desde cero. Incluso cambió la tipografía del logo, una decisión de peso en una marca que ha vendido más de 100 millones de dispositivos.

Los cambios vinieron de todos los lados, pero muchos fueron previsibles. El teléfono buscaba atacar los problemas que arrastraba la serie S desde hace tiempo: una construcción criticable, basada en el plástico, y una interfaz difícil de manejar.

¿Fueron las decisiones adecuadas?

Los aciertos

Construcción: Decimos esto todos los años, pero este es el Galaxy mejor construido. Samsung finalmente superó al plástico. Los bordes de aleación de aluminio se combinan muy bien con las caras, cubiertas por Gorilla Glass 4 tanto adelante como atrás. El conjunto es muy sólido y compacto. En especial, el S6 Edge se siente muy bien en la mano, pues es un poco más delgado que su hermano y tiene los bordes mucho más angostos. Es ligero, pero muy sólido.

Queda una pregunta: los equipos que tienen cristal por los dos lados suelen ser proclives a rayarse y a quebrarse con mayor facilidad que los de metal o los de plástico. El Gorilla Glass 4 es, quizás, el mejor material para lograr que este diseño tenga durabilidad y resistencia. ¿Pasará la prueba del uso?

Carga inalámbrica: Samsung dijo que quería popularizar la carga inalámbrica, y se tomó el reto en serio. El Galaxy S6 es el primer teléfono compatible con los dos estándares más populares de carga inalámbrica, Qi y PMA. Más allá de que esto sea un valor particular de este equipo –y sí lo es–, el acierto está en que esto muestra que lograr ese cometido es técnicamente posible, y seguro más fabricantes lo harán en sus equipos. Si eso ocurre, la carga inalámbrica por fin podría ser una realidad masiva y no solo el privilegio de algunos geeks.

Pantalla: Las pantallas de Samsung, de un tiempo para acá, siempre están en el ‘top’ de calidad del mercado de smartphones. Las de los Galaxy S6 mantienen esa característica y le añaden una resolución que no habíamos visto: 5,1 pulgadas, QHD y 577 píxeles por pulgada. Vista de frente, es inobjetable: tiene un brillo excelente, sus ángulos de visión son muy amplios –algo crítico para la versión Edge– y sus colores mantienen la tradición de la casa: son expresivos e intensos, pero están calibrados correctamente.

Las promesas

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Pagos móviles: Samsung dice que su nuevo sistema de pagos móviles, que solo requiere del smartphone, servirá en el 90% de los datáfonos cuando comience a funcionar más adelante ese año. Si eso es cierto, podría significar el salto definitivo y necesario para la adopción de los pagos por smartphone en el universo Android y en todo el mundo.

El fracaso de Google Wallet dejó a este ecosistema móvil sin una opción viable para esta tecnología, y la surcoreana quiere aprovechar la oportunidad. Samsung tiene presencia en casi todo el planeta y los sistemas de pagos están conectados globalmente. Ojalá estos factores sirvan para darle un necesario empujón mundial a esta tecnología.

Nueva interfaz: El otro caballo de batalla de Samsung es la interfaz de sus celulares. Esta vez decidió ponerse a tono con las tendencias y aplanar un poco el ‘look’ y la navegación de sus dispositivos, pero sin perder su personalidad. Se supone que ahora las opciones son más claras –textos en lugar de símbolos y colores que indican en qué sección de la navegación está el usuario–, y que aparecerán menos cuadros de diálogo.

Sin embargo, el menú y las opciones de la parte posterior siguen siendo más parecidas a las de TouchWiz que a las de Android ‘stock’. A primera vista, el look si cambió. Pero solo podremos saber si el cambio funcionó cuando usemos el teléfono por más tiempo.

Por otro lado, Samsung siguió teniendo apps redundantes en sus equipos. Tiene su propio navegador y Chrome, su propio cliente de correo y Gmail, y su propio monitor de salud –S Health– y Google Fit, y su propia app de música y Google Play Music. Además añadió las aplicaciones de Microsoft –como se rumoraba–, lo que de hecho complica la situación. El usuario ahora tiene dos apps de almacenamiento en la nube: Google Drive y OneDrive.

Las dudas

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Batería: En lugar de concentrarse en la duración de la batería, Samsung se enfocó en la velocidad de carga. El Galaxy S6 es –según los representantes de la firma– el smartphone al que más rápido se le recarga la pila en todo el mercado. Además, su procesador de 14 nanómetros hace que las tareas consuman menos energía: dura hasta 12 horas en Wi-Fi, 11 horas en LTE, 13 horas en video y 45 horas en música. Pero, a pesar de todo esto, Samsung no se atrevió a decirnos un estimado de cuánto duran en la vida real los 2.550 mAh del S6 entre recargas.

Esta es la preocupación principal de los usuarios de smartphones hoy en día. Las demás especificaciones ya llegaron a un punto en el que no hay diferencias perceptibles en la velocidad del procesador, la RAM o el brillo de la pantalla. Pero cada minuto de batería que se pueda ganar sigue siendo importante para los usuarios. Y, si se tiene en cuenta que la pila del S5 era más grande (2.800 mAh), la apuesta de Samsung aquí nos genera muchas dudas.

Precio: En mercados en los que no hay subsidios, como el colombiano, el precio es una gran barrera de entrada para los equipos de gama alta. En las ferias tradicionalmente no se hablan de precios, pero se especula que será caro, teniendo en cuenta el salto en materiales, la complejidad de la pantalla y el mercado que busca atacar Samsung. Sin subsidios, el precio puede ser el gran obstáculo que tiene el S6 y Edge para meterse en el bolsillo de los consumidores.

Y, cuando se mira su lista de adiciones y funcionalidades, es claro que tiene que serlo: doble Gorilla Glass 4, metal, procesador de última generación, pantalla QHD e innovación en casi todos los frentes. La disyuntiva para Samsung es difícil: o deja el precio como es y les cierra la puerta a algunos usuarios, o lo baja un poco y sacrifica los márgenes, que al final son la razón por la que las empresas hacen estos equipos.

Imágenes: ENTER.CO