El Mobile World Congress que acaba de terminar contó dos historias. Una, el más reciente capítulo de la saga del mercado de los celulares y dispositivos para los consumidores. Otra, el relato optimista de que la tecnología móvil se tomó al mundo por asalto.
Los fabricantes se muestran los dientes
Esta edición de la feria fue una versión intensiva del ruido de sables de todos los días: los lanzamientos, las ‘puyas’ de un fabricante a otro, las maniobras para crear interés, las novedades calculadas y las apuestas para no perder en este cementerio de elefantes que es el mercado de dispositivos.
El Samsung Galaxy S6 fue la estrella de esta parte de la historia. Un dispositivo del que se esperaba mucho y que dejó una buena impresión, a pesar de algunas sombras. Samsung se jugaba mucho con esta iteración de su ‘flagship’, y se mostró más combativo que nunca.
El año pasado, la surcoreana había llevado al MWC sus nuevos relojes y tabletas, además del Galaxy S5. Este año no hubo nada de eso; todo estaba centrado en el S6.
La impresión que me queda es que la firma jugó con lo que podía, e hizo un buen trabajo. Además le puso un poco de pimienta a la carrera de los smartphones. Pero hay que ver si, más allá de la novedad, los usuarios encuentran razones verdaderas para cambiarse: el equipo –como casi todos los smartphones– todavía carece de algo que lo haga imprescindible.
HTC fue el otro gran fabricante que alzó la voz en el MWC. Su tercer One sigue siendo un One, y su presencia estuvo concentrada en él. Es –ya lo habrán leído– un smartphone para convencer a los convencidos. No tiene nada realmente novedoso, nada que pueda poner a pensar a alguien que ya no haya comprado una edición anterior.
Ya en la gama media y de entrada, un poco lejos de los reflectores, es donde muchos más fabricantes plantearon su juego. Ahí estuvieron las apuestas de LG, Sony, Microsoft, BlackBerry y muchos jugadores emergentes sin marcas muy reconocidas. Todos ellos buscaban seducir a los operadores móviles, que vinieron con las chequeras listas para ordenar dispositivos destinados a las bases de sus pirámides.
Los smartphones de este segmento son cada vez más competentes, gracias a las economías de escala y a la evolución natural de la industria tecnológica. Estas son buenas noticias en un mundo cada vez más conectado; pero esta dinámica le pone más presión a un mercado en el que, si no tienes una manzana en tu logo, básicamente estás compitiendo por las migas que caen de la mesa.
Una cosa más: se suponía que en este MWC íbamos a ver a los competidores del Apple Watch. No fue el caso: el Pebble Time ya había sido anunciado, el Huawei Watch está muy bien pero no tiene fecha de salida ni precio, y LG mostró un dispositivo cuasiexperimental y una nueva versión de su bonito reloj redondo.
Los demás vestibles, como la TalkBand B2 de Huawei o el Grip de HTC, están más cerca del FitBit y el Jawbone Up que del reloj de Apple.
Habrá que esperar un par de meses a Google I/O, cuando ya el panorama esté un poco más claro y el hombre verde ya tenga una versión más madura de su versión para llevar en la muñeca. Con un poco de suerte, ese será el verdadero partidor.
Todo es móvil
En la hospitalaria familia del mundo móvil ya habíamos acogido a los carros, los relojes, las gafas y las cámaras. En este MWC, se sumaron desde las bicicletas hasta los cepillos de dientes.
Todos los sectores quieren tener que ver con el mundo móvil. Visa y Master Card, por ejemplo, mostraron sus productos de pago por aplicaciones y atrajeron interés impulsados por el anuncio de Samsung Pay. Oral B mostró un cepillo de dientes que se conecta por Bluetooth. Ford mostró un esperanzador prototipo de bicicleta conectada.
Más allá de eso, también está claro que el internet de las cosas ya es un hecho. Las conexiones máquina a máquina se dispararán en los próximos años y pasarán de 317 millones en 2015 a 920 millones en 2020, según estima el GSMA. La industria de telecomunicaciones deberá prepararse para afrontar el reto.
Las empresas de infraestructura ya están pensando en aplicaciones de la tecnología móvil fuera del smartphone. La salud, la vida de la ciudad, el entretenimiento, la atención al cliente, el deporte y la vida física… todo va estar conectado. El mundo análogo está dejando de existir.
Finalmente, la tarea de conectar al enorme segmento de la humanidad que todavía no entra a internet también estuvo en la agenda. Es un tema de máxima importancia para la industria móvil: los smartphones son el medio por el que la mayoría de las personas debuta en la red hoy, sobre todo en las zonas apartadas. Y con él, llegan la salud, la banca, el Estado y el conocimiento.
Para lograrlo, alguien tiene que poner las redes, alguien tiene que hacer los equipos y alguien tiene que crear las apps. Todos ellos estaban reunidos en Barcelona.
Imágenes: ENTER.CO.