Aun si la industria de telecomunicaciones se ‘pone las pilas’ y define los estándares de 5G pronto, en realidad se necesita que otras cosas estén a punto para que las supervelocidades que –se espera– vamos a tener con esta nueva generación de redes móviles realmente les sirvan a los usuarios.
Una mejor pila en los dispositivos
Las pilas son quizás la única parte de los dispositivos móviles inteligentes que no ha dado grandes saltos tecnológicos: básicamente, ahora se puede cargar la batería un poco más rápido que antes y almacenar un poco más energía en ella, pues es más grande.
Si las velocidades de internet aumentan, es probable que los requerimientos energéticos de los dispositivos también lo hagan, pues quizás se necesitarán nuevos componentes para poder acceder a las redes móviles. Se calcula que un equipo conectado todo el tiempo a 4G gasta hasta 20% menos batería que uno que está sobre 3G.
Además, las aplicaciones que serán posibles con esas nuevas velocidades seguro exigirán más que nunca a las pilas de los celulares: juegos en tiempo real, monitoreo constante de datos y sensores o streaming de video en tamaño 4K, o aún más grande. Sin pilas significativamente mejores, toda esta evolución se estrellará con un cuello de botella.
Más infraestructura, más eficiente
Con mejores velocidades y nuevas conexiones en todo el mundo, la infraestructura de fibra óptica y cables submarinos con la que hoy cuenta la humanidad tendrá nuevas demandas que solucionar.
Aunque en el laboratorio se está logrando ampliar los límites de la fibra óptica, y en el ‘mundo real’ todavía hay campo para que la infraestructura que hoy está instalada pueda soportar un incremento aún mayor en el tráfico, algunos expertos consideran que podríamos llegar a un punto de saturación.
“La demanda cada vez más está alcanzando [las posibilidades técnicas de las redes]. Crece y vuelve a crecer, y es cada vez más difícil seguir adelante. Nos ha ido muy bien todos estos años […], pero estamos llegando a un punto en el que no vamos a poder seguir para siempre”, dijo a The Daily Mail el investigador Andrew Ellis, profesor de comunicaciones ópticas de la universidad de Aston, en el Reino Unido. Con 5G, esta dinámica se va a fortalecer.
Eso no solo va a implicar que haya más demanda por nuevos cables submarinos, sino también, que todas las redes que ya están funcionando hoy sean más eficientes. Por fortuna, hay gente trabajando en eso; pues es un problema que ya forma parte del presente de la industria tecnológica. Según Cisco, el tráfico de internet llegará este año a 1 zettabyte (1.000 exabytes o un billón de gygabites), y crece todos los años.
“Podemos lograr ya, en Latinoamérica, que la infraestructura de fibra óptica sea 100 veces más eficiente”, le dijo a ENTER.CO Hector Silva, jefe de tecnología para Latinoamérica de Ciena, una empresa que ofrece soluciones de redes. Para Silva, la situación de infraestructura no es tan crítica. A su juicio, los operadores han aprendido de descalabros pasados y están calculando muy bien dónde hacen sus inversiones, y eso garantiza tanto el servicio como la sostenibilidad.
De cualquier manera, 5G va a ponerle una presión inédita a toda la infraestructura de internet, y todo el sector de infraestructura y telecomunicaciones tendrá que reaccionar rápido. No solo para complacer a los usuarios, sino también –y sobre todo– porque ahí hay mucho dinero que ganar.
Imagen: asharkyu (vía Shutterstock)