Cuando terminó el festival interactivo, la fiesta cambió de protagonistas. Los gadgets y los geeks desaparecimos para darles paso a las guitarras, las baterías y los músicos desaliñados. La gente de Austin, los locales, llenaron los bares de la avenida Congress para seguir la tradición: escuchar bandas en ‘la capital mundial de la música en vivo’. Afuera, la calle estaba hecha un carnaval. En medio de la farra tomamos esta fotos:
[nggallery id=343]