Con tantas redes sociales, muchas veces no se sabe para dónde mirar, pues todas tienen un objetivo en común y es crecer en número de usuarios. Lo que pasó con Justin Bieber e Instagram la semana pasada, cuando el artista subió una foto del tráfico y la red pasó a tener 50 seguidores nuevos por minuto, nos puede llevar a una reflexión sobre el poder que los artistas tienen en estas redes. Y viceversa.
En Instagram, donde la foto fue subida, descubrieron que el cantante, que tiene más de 11 millones de seguidores en Twitter, la había publicado en su plataforma. Inmediatamente, TechCrunch habló con el cofundador de la compañía, Kevin Systrom, quien confirmó el hecho, la cifra de tráfico, y cómo estaban llegando comentarios de la foto cada 10 segundos. En el momento de escribir esta noticia tiene cerca de 1.400.
Justin Bieber no es el primero en una red social, pero hay que reconocer que unos artistas interactúan más que otros en las redes, y el cantante es de los que más hablan por medio de ellas con sus fans. Instagram, que solo funciona en el iPhone y curiosamente no parece tener planes de llegar a Android y otras plataformas móviles, está feliz, pues sabe que después de este hecho puede esperar muchas más inscripciones a su servicio, que a finales de junio ya sumaba 5 millones de usuarios. Además, cualquier red social estallaría en alegría cuando un artista o un personaje reconocido llega a ella sin necesidad de negociar, por sí solo.
Twitter se ha llevado grandes beneficios por ello con cuentas como la de Lady Gaga, con casi 12 millones de seguidores. Es solo ver como el acontecimiento de la muerte de la cantante Amy Winehouse se apoderó de la red –para bien o para mal–: muchas personas se enteraron del hecho por este medio y muchos de sus colegas expresaron las condolencias en sus cuentas personales. Al final, para las redes sociales esto significa tráfico.
¿Quién es el beneficiado con la estrategia? Situaciones de este tipo son invaluables para cualquier empresa de Internet. Pero dejan pensando a los usuarios y generan muchas preguntas. ¿Quién es el beneficiado? ¿El artista o la red social?
En realidad ambos, porque para el artista es un canal abierto no pago para comunicarse, y para la red social es una buena manera de generar tráfico.
Muchas personas entraron a una red social solo por la posibilidad de acercarse a un artista que admiran. Algunos, después, terminan utilizándola de manera activa, pero aún así eso para las redes significa crecimiento en usuarios, participación y tráfico.
¿Ver artistas en todas las redes sociales, hasta las más nuevas como Google+, es una moda? ¿Será por 15 minutos de fama?
¿O es inevitable que, como pasó en Twitter, cuando las redes sociales maduran, sus primeros usuarios populares sean desplazados por los famosos?