En septiembre 27 del 2009, oficiales de la embajada de Estados Unidos en Seúl, agentes de la Agencia de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), representantes de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), la asociación de cine y televisión (MPAA), oficiales del gobierno de Corea y la fiscalía del distrito de Seúl se reunieron para plantearse nuevas estrategias en la investigación de los más importantes servidores piratas, denominados ‘Topsites’ (algo así como ‘capos’, por ser los repositorios de contenido pirata más grandes del mundo). La reunión se enfocó en proponer estrategias de investigación que incluían infiltrar los grupos que administran los servidores.
El desafío para las agencias de seguridad es que estos servidores y los grupos que los manejan son muy difíciles de infiltrar por su estructura descentralizada, las altas habilidades técnicas de sus integrantes y la rigurosidad cuando se trata de aceptar miembros nuevos.
Conocida como La Escena (The Scene), esta comunidad global de ‘warez’ (contenidos piratas) maneja la mayoría de Topsites en el mundo, y solo acepta miembros que tengan mucho qué contribuir y se ganen la confianza del grupo a través del tiempo.
Para lograr una infiltración exitosa, los agentes estadounidenses proponían la estrategia de usar contenido que aún no había sido publicado, como un álbum musical o una película, y entregárselo a uno de los Topsites a través de un agente encubierto para ganar la confianza de los administradores. En una sección del cable revelado por WikiLeaks se habla del hecho que las agencias ya tienen una compilación de evidencias en contra de un Topsite coreano y que esta sería entregada a la oficina del procurador en octubre de 2009 para concluir la investigación (se desconoce qué ocurrió al respecto).
Aunque la oficina del fiscal coreano demostró cierta reticencia en cuanto a la investigación de los Topsites, ya que son muy difíciles de desmantelar, dio indicaciones de que tiene la ‘obligación e intención’ de montar una investigación cuando las organizaciones de propietarios de derechos de autor hagan una queja formal y bien documentada con evidencia.
Lo que demuestra el cable es que las grandes organizaciones de defensa de propiedad intelectual (MPAA, IFPI, RIAA, etc.) están cercanamente ligadas al Departamento de Estado americano y otras agencias oficiales, casi que haciéndose socios en su cacería contra el contenido ilegal.
La estrategia conjunta de estos grupos gubernamentales y privados consiste en apuntar hacia estos repositorios masivos de contenido, repositorios que normalmente son el primer punto de partida de un archivo pirata. De ahí el archivo puede copiarse y descargarse, y normalmente se vuelve viral en pocas horas. Esto sucede también porque la estructura del Topsite recompensa a aquellos usuarios que aporten contenido útil con descargas gratis o acceso a archivos poco comunes.
El cable filtrado por WikiLeaks indica más que todo un reenfoque de la estrategia global en contra de la piratería, en la que las agencias no centrarán sus esfuerzos sobre organizaciones de distribución secundaria como BitTorrent o ed2k, sino que se dedicarán a tumbar los Topsites, ya que son el punto de partida de contenido que viola los derechos de autor.
Otra razón por la que las agencias estadounidenses han optado por un cambio de estrategia es porque ya venían pidiendo la asistencia de las autoridades coreanas desde 2007, y en 2008, cuando entregaron a las autoridades coreanas evidencia en contra de ocho Topsites, estas prosiguieron a enviarles avisos de cautela a las empresas operadoras que albergaban estos servidores. Al parecer esto sirvió para ahuyentar a los administradores de los Topsites y que destruyeran inmediatamente toda la evidencia en contra de ellos. Por eso, que el cambio de estrategia también sugiere no alertar a los operadores de Internet que alberguen Topsites, ya que muchas veces son los mismos empleados del operador los que hacen parte del grupo pirata.
Los cables de WikiLeaks no permiten saber en qué concluyó este plan contra los Topsites en Corea, si lograron tumbar servidores piratas o capturar a sus líderes, si la alianza de la industria y los gobiernos sigue vigente.
Sin embargo, parece que la guerra entre las industrias de la música y el cine contra La Escena de ‘warez’ continúa al rojo vivo, a pesar de que el usuario común no sienta sus repercusiones directas. Pero hay que estar al tanto de estos cambios de políticas, ya que una alianza sólida entre organizaciones de la industria y agencias gubernamentales no solo afectaría a los líderes de los Topsites y a los que hacen dinero distribuyendo material ilegalmente, sino que también es preocupante porque puede generar cambios sobre las las leyes de privacidad y el uso común de un archivo. Con el tiempo, habrá que ver qué tan bien se adaptan estas industrias a las nuevas formas de distribución, o si la cacería continuará como hasta ahora.
