En un país en el que, según el Banco Mundial, la población que habita en los centros urbanos supera el 80% del total de sus habitantes, la congestión vehicular en sus vías es desastrosa, tal y como lo sustentó el estudio de Inrix, en el que Bogotá quedó como la tercera ciudad en congestión vehicular en el mundo después de Moscú y Estambul. Los capitalinos pierden 272 horas al año sentados en los carros aguantando los trancones diarios.
En el Centro de Innovación y Tecnología de Claro, ubicado en el complejo empresarial Plaza Claro, conocí una aplicación que puede ayudar mucho a administrar las ciudades en cuanto al tráfico en sus calles para que no se presenten los trancones que tenemos que vivir a diario, especialmente en la capital.
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En lo que afecta la movilidad, esta aplicación –basada en las tecnologías Narrow Band e internet de las cosas (NB y IoT), incluidas en 4.5G y que funcionan sobre la misma red celular– permite recibir y analizar datos para hacer estudios que conduzcan a diseñar e implementar sistemas inteligentes de control de movilidad como semáforos inteligentes y conteo de vehículos.
En el mapa de Bogotá que utiliza la aplicación se pueden ver todas sus calles en color verde, amarillo o rojo, lo cual significa que el tráfico en ellas es bueno, regular o malo. Lo importante es que esto no se basa en que los usuarios reporten esta información a la aplicación, como sucede en Waze, sino en datos recogidos de celulares que están transitando por esas calles.
Cuando sucede un accidente y se usa el celular para reportarlo, de inmediato aparece en el mapa esa situación, y puede enviarles mensajes a los CAI o cuadrantes más cercanos para que lo atiendan. Por esto, la aplicación de Claro no está disponible para los usuarios, sino que está siendo usada por la Administración de Bogotá.
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Tráfico: necesitamos tener ciudades inteligentes
La verdad es que necesitamos convertir las ciudades de Colombia en ciudades inteligentes, teniendo en cuenta que ya hay aplicaciones para poder estar al tanto de lo que ocurre en lugares peligrosos, detectar caras de delincuentes reportados que andan por las calles, con lo cual se pueden generar datos que permitan tomar decisiones que mejoren la seguridad y la calidad de las ciudades colombianas.
En Bogotá no se ha hecho nada para volverla inteligente. El proyecto de semáforos está en el limbo, como sucede con todo lo bueno que se propone en Colombia. Ojalá el próximo alcalde sí se meta en este cuento y se asesore adecuadamente para iniciar este proceso, que se puede tomar varios años.
Publicado con autorización de El Tiempo.
Imágenes: Marcin Kilarski y Oleg Lastochkin (iStock).