No hay duda de que la inseguridad en las ciudades de Colombia, tal y como lo describen los medio escritos y visuales, es algo muy grave y por lo que los alcaldes y los encargados de este tema en el Gobierno deben preocuparse.
Con una justicia como la que tenemos, que debería llamarse in-justicia, que suelta a muchos delincuentes con muchas anotaciones delictivas en sus hojas de vida generando entre el hampa una sensación de inmunidad, es importante que se miren entonces otras alternativas. Obviamente, el vigilantismo o la justicia por su propia mano no es una de ellas, pero a la que se está recurriendo por la impotencia de la gente que es robada, pone la denuncia, capturan al delincuente que es soltado por el juez una vez se presenta ante él.
La tecnología es una de ellas. Las cámaras de video inteligentes es una que ya está funcionando en muchos países con resultados que han hecho que los delitos se haya reducido en algunos casos hasta en un 60%.
¿Cómo funciona esto? Una vez se captura al delincuente, vaya a la cárcel o no, se le debe sacar una foto digital de su cara y almacenarla en una base de datos en la que reposan todos los rostros digitales de los que tengan antecedentes judiciales.
Las cámaras instaladas en muchos puntos estratégicos están viendo a las personas que circulan por el sector que ellas pueden ver, les graban sus rostros para cruzarlos contra los que están almacenados en la base de datos de delincuentes y si alguna de ellas hace “match”, la pone en rojo, para que algún operador del centro de control que monitorea las cámaras se ponga en alerta y tome las medidas establecidas para esto, e inmediatamente lanza una alerta al cuadrante de la policía más cercano informando de su presencia.
También se generan alertas cuando alguna cámara detecta amontonamiento de personas o de automóviles, en lugares donde esto no es frecuente que suceda, para que se tomen las medidas pertinentes.
Con toda seguridad esto aliviaría el hecho de que tantos delincuentes anden sueltos a pesar de tener una historia llena de anotaciones delictivas y serviría mucho para prevenir que muchos delitos se cometieran ya que avisa con anterioridad de la presencia de malhechores o situaciones anormales.
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Paz en la tumba de José Briceño Medina, el Plumas, un amigo muy querido desde hace muchísimos años y quien me introdujo en la vida del trote. Ingeniero, atleta y periodista reconocido falleció en Canadá hace pocos días. Un sentido pésame a su querida familia.
Publicada originalmente en El Tiempo
Imagen: PhotoMIX-Company (vía Pixabay)