En 2020, la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de junio ocurrió en un momento único de la historia. Este año, las ciudades de todo el mundo adoptaron el aislamiento social como medida de protección contra el nuevo coronavirus. Y con muchas más personas en casa, sin salir, vimos varios cambios: un cielo más azul, mares y ríos cristalinos y animales más presentes en los centros urbanos. La relación de causa y efecto del impacto que tenemos en el medio ambiente está más clara que nunca.
Hay ansiedad e incertidumbre sobre el futuro. ¿Tendremos más teletrabajo y menos viajes de negocios? Es bastante probable; y estas son definiciones que deben evaluarse, incluso desde un punto de vista ambiental. Pero la reflexión que creo que es esencial es sobre la sociedad que seremos. Y a este respecto, la idea de un mundo más sostenible es una prioridad y creo firmemente que este es un momento extremadamente importante para que las empresas se apropien del tema.
El valor de algunos materiales ha sido evidente en tiempos de pandemia como el plástico, que brinda protección y seguridad. Sin embargo, esto no elimina la necesidad de promover la circularidad; por el contrario, nos brinda la oportunidad de construir un nuevo pacto con la sociedad. Hoy, los consumidores tienen una mejor percepción de los residuos generados diariamente. Piense como ciudadano: antes, muchos de estos desechos no se concentraban en el hogar; estaban en la oficina, fábricas, restaurantes, escuelas y muchos otros lugares que visitamos. Como resultado, no teníamos que lidiar con eso. En este momento, somos más conscientes de la importancia de los materiales posconsumo como materias primas y, más que eso, de nuestro impacto individual y de la necesidad de ser parte de la solución.
También te puede interesar: Esta máquina convierte basura en material para construcciones.
El Foro Económico Mundial, en un artículo publicado en mayo, defendió que “una misión colectiva es fomentar el desarrollo de la economía circular”, un modelo que considera el destino de los desechos como parte del proceso y la cadena de producción. En este sentido, según el texto, las empresas tendrían que ser más proactivas e invertir en investigación y desarrollo para crear soluciones sostenibles. Además, las empresas y los gobiernos deberían asignar más recursos para educar a las personas sobre cómo funciona la economía circular y por qué la sociedad debería reutilizar y reciclar.
Todas las innovaciones que desarrollamos hoy con nuestros clientes que buscan abordar los desafíos de una sociedad en medio a una pandemia, ya nacen con la obligación de ser reciclables, excepto aquellos que por razones sanitarias no pueden reutilizarse, como los residuos del campo médico. Además de continuar con proyectos para promover la cadena de reciclaje hicimos una contribución y trabajamos de la mano de las cooperativas y recicladores en toda América Latina.
Nuevos tiempos, innumerables desafíos y la necesidad de revisar muchos conceptos sobre cómo vivimos en la sociedad; pero creo que también reafirmamos muchas convicciones. Dos de ellas, en mi opinión: la importancia de colaborar para avanzar como sociedad y la necesidad de consolidar la economía circular.
Imagen: Anncapictures (Vía Pixabay).