Desconocer a la población es el principal es un error en la implantación de planes de desarrollo. Según estimaciones del Banco Mundial, alrededor de mil millones de personas en países en vía de desarrollo carecen de algún tipo de comprobante de identidad legal, lo cual se traduce en una brecha que condiciona la participación en la vida política, económica y social de estos ciudadanos. Actualmente, estamos comprendiendo que la inclusión y la identidad digital es un foco importante en el desarrollo de sociedad, pues ya hace parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 el cual busca “proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos”.
Hoy, las tecnologías digitales como los servicios en la nube, la biometría, las redes móviles y los teléfonos inteligentes son nuestras herramientas para aumentar la disponibilidad de acceso y la seguridad, permitiendo un sistema onmicanal donde toda la población este registrada, todo gracias a los servicios de identidad digital. De hecho, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones espera que para el 2022 existan aproximadamente 3 millones de usuarios únicos como “ciudadanos digitales”.
¿Cuáles son los alcances de la identidad digital?
Con estas soluciones tendremos a disposición múltiples opciones que no se creían posibles hace un tiempo: realizar compras, pagar facturas, realizar trámites públicos, comercializar productos y servicios sin el miedo de ser suplantados y de una manera muy práctica.
Es importante destacar que suele cometerse un error con el término “identidad digital”, porque muchas personas lo relacionan directamente al sector financiero. Esto es debido a que es la industria que más la ha explotado. Principalmente, por la necesidad de autenticarnos como usuarios en sus canales digitales a través de contraseñas y otras herramientas para garantizar la identidad y seguridad de los movimientos bancarios. Sin embargo, la necesidad de autenticación de identidad ya es cuestión de todas las industrias.
En general la necesidad se hace visible cuando deseamos vincular a un nuevo cliente o empleado, y también cuando optamos por la autenticar al usuario para la realización de diferentes transacciones, con el fin de proteger la seguridad del usuario y la nuestra desde una visión corporativa.
Por eso es importante proponer un ecosistema integral para que la población que pueda demostrar su identidad mitigando el fraude o la suplantación de identidad, de manera ágil y reduciendo el esfuerzo en el proceso.
Los múltiples factores de autenticación son la solución a la identificación en línea
La combinación de estos factores de autenticación, permiten la validación de nuestra identidad y la generación de diferentes niveles para autenticarla, según el trámite; a la vez que se construye más confianza para que todos podamos realizar transacciones y contribuir a los planes del MinTIC de alcanzar en el 2022 más de 290 millones de transacciones digitales.
La digitalización claramente se ha acelerado durante la pandemia impulsando el teletrabajo y el comercio electrónico, entre otras. Pero la emergencia también ha evidenciado el reto que tenemos como país en la inclusión digital de la población. En países como Estonia el 99 % de los servicios del estado están digitalizados y alrededor del 98 % de los ciudadanos tienen forma de efectuar sus trámites digitalmente. Otros países ya cuentan con múltiples sectores esenciales para la sociedad como la salud; en Singapur, por ejemplo, se ha creado un pasaporte digital para almacenar los datos médicos e identidad de cada paciente, con el fin de que puedan optimizar sus trámites con estas entidades. Estos, como muchos otros más, son referentes importantes para nosotros en la implementación de un ecosistema de identidad digital dentro del país.
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La inclusión de nuestra identidad en el mundo digital es un camino que está tomando rumbo en Colombia donde empresas de diferentes sectores podrán proveer a los usuarios una experiencia en dónde los trámites y procesos se agilicen con ayuda de la tecnología. Para las empresas, tener múltiples factores de autenticación implica alcanzar un nivel de seguridad que se verá en la disminución del fraude, mejora de índices reputacionales y de conversión de ventas o transacciones.
Con la identidad digital vincularnos a un servicio, adquirir una autorización para un tratamiento médico, evitar la suplantación en un pago, solicitar un crédito o hacer un trámite notarial será tan sencillo como tomarnos una selfie. Por detrás de esta autenticación habrá múltiples validaciones en un proceso con muy baja fricción, imperceptible para los usuarios. Con este tipo de iniciativas no solo lograremos incluir a más población dentro del ecosistema digital, sino transformar la sociedad en su forma de interactuar, dónde hoy los usuarios no la tenemos fáciles.
Imagen: Prostockestudio (Vía Freepik).