Película Compañera perfecta: el amor entre robots y humanos podría salir mal…y no por culpa de los robots

compañera perfecta

Alerta de SpoilerLa relación entre los humanos y la tecnología no siempre sale bien, al menos así nos lo han hecho pensar películas como Terminator, Matrix y Blade Runner, donde los robots y máquinas terminan revelándose contra los humanos. Y sí, esa es una de las actuales preocupaciones en el mundo de la tecnología ¿podrá acabar con la humanidad? Compañera Perfecta, la nueva película de Warner Bros, plantea un panorama distinto.

Compañera perfecta

Hablar de esta película sin revelar al menos un detalle importante de la trama es casi imposible, ni siquiera la misma compañía lo logró (si no quieres arruinarte la película, mejor no mires el tráiler), pero lo vamos a intentar. 

 

La cinta nos muestra a Iris y Josh, una pareja felizmente enamorada en la que, como sacado de la realidad, la mujer parece más enamorada y entregada que él.  Juntos se embarcan en un fin de semana con amigos en una cabaña alejada de la sociedad, un escape que promete diversión y desconexión. Pero lo que comienza como un rato de fiesta y diversión pronto toma un giro inquietante cuando sale a la luz la existencia de una empresa dedicada a crear ‘parejas perfectas’. A partir de ese momento, la línea entre el amor genuino y la perfección artificial comienza a desdibujarse. 

 

En los primeros minutos, e incluso en el trailer, podemos pensar que se trata de otra cinta romántica hollywoodense como Obsesión secreta, pero rápidamente empieza a tomar recursos del terror como las apariciones con efectos de sonido inesperados, los acercamientos sospechosos e imágenes de tonos fríos, lo que nos conduce por una historia que se va desligando del romance cinematográfico tradicional. Ya luego descubrimos que se trata de un thriller psicológico con toques de humor que mantienen enganchado al espectador hasta el final.

Una radiografía de la realidad  

El punto de contacto que encontró Drew Hancock, director de Compañera Perfecta, que por cierto, también es la mente detrás de ‘Barbarian’, para lograr conectar al público desde el inicio fue el amor, un tema clichesudo pero siempre poderoso. Claro, la idea central está enfocada a una mirada futurista acerca del desarrollo de la tecnología, pero el amor es el vehículo movilizador de esta premisa. Y, si algo nos une entre humanos es el amor, por desgracia, la mayoría somos malos practicándolo, y Josh e Iris no son la excepción. 

 

Aunque parecen una pareja feliz, en tan solo minutos podemos descubrir las banderitas rojas en cada uno: Josh, un egocéntrico, narcisista que busca desesperadamente la aprobación y cariño de los demás, y para complementarlo, está Iris, quien se muere (literalmente) por cuidar y amar a alguien más. Seguramente esta historia te suene familiar, las relaciones tóxicas abundan en la vida real. 

 

Con un patrón que se repite, el de un hombre con delirios de superioridad que mantiene una relación de poder con una mujer a quien controla con solo mover un dedo, mientras ella solo piensa en hacerle feliz, Hancock, logra desarrollar una historia que aborda diferentes problemáticas sociales: el desarrollo de la tecnología, el abuso de poder en relaciones amorosas y los límites de los deseos humanos.Hancock nos da una mirada completamente diferente en cada una de estas temáticas. 

 

Por ejemplo, nos muestra a un hombre que, basado en sus deseos de afecto y cariño, termina pasando por encima de la integridad de su pareja, argumentando que es una robot, por lo que ni emociones tiene. Aunque la escena de poder masculina es bastante común, esta vez se le permite al público tener una mirada panorámica de Josh.  Esto permite que, aunque Iris sea un robot, el público conecte con sus emociones (aun cuando parezcan inexistentes), algo logrado con el desarrollo de su personaje.

 

¿Qué sucede si alguno, en la relación, termina cediendo ante todos los caprichos que exige su pareja?¿Podemos cumplir todos nuestros deseos mundanos sin consecuencias? ¿terminará la tecnología sometiendo al humano?  Compañera perfecta tiene las respuestas y no es precisamente tan positiva como esperamos. 

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Solo la química desemboca en una pareja feliz 

Aunque la pareja protagonista contaba con Jack Quaid y Sophie Thatcherm, dos actorazos que prometían una buena película, parece que solo Thatcherm hubiera tenido ganas de rodar. La química de la pareja quedó en la primera escena; vemos a un Josh (Jack Quaid) poco conectado, casi que recitando su parlamento. 

 

Pero no solo sucedió con Quaid, casi que todo el reparto se queda como  complemento en la película. Tal es el ejemplo de Megan Suri, quien hace el papel de Kat, una de las amigas de Josh; parece que estuviera perdida durante toda la cinta. Su personaje es una de las más interesadas en que Iris cumpla los caprichos de Josh pero, aunque se quiere mostrar con valores y una moral que le impide pecar, poco se cuestiona por los actos violentos que en su nombre ocurren. Y claro, podríamos pensar que es intencional, pero solo se ve como si hubieran olvidado darle profundidad a los otros personajes y no solo a Iris. 

 

Además de la pareja principal también encontramos a Eli y Patrick, una pareja gay con la que intentan romper los estereotipos que se han venido forjando en medio de una inclusión forzada de personajes LGBTIQ+ en la industria cinematográfica. Sin embargo, el desarrollo de sus personajes y la base de su amor también se queda en la superficie. No desarrollan una historia que podría haber sido un refuerzo de la premisa principal: los humanos pueden llegar a ser más aberrantes que la tecnología. 

La importancia del detalle 

Sí, sí, ya quedó claro que los humanos podemos ser peores que los robots y la tecnología en general, pero eso no llegó de gratis. Compañera perfecta también mezcló el humor con el amor y el thriller, una combinación que pocas veces sale bien; por fortuna, en este caso se mantuvo un buen resultado. 

 

Hancock no tuvo que recurrir al humor negro o a la exageración para poner un toque de risa en la película. Más bien se apalancó en recursos clásicos de la comedia como el “humor de anticipación”, en el que uno de los personajes hace alguna acción cuando otro está despistado, e incluso a la imitación de la comunidad LQBTIQ+ sin caer en la ridiculización. 

 

Estos pequeños aportes de gracia a la cinta hicieron que la sala de cine se mantuviera en vilo con la cinta. Pero además, cuenta con un plot twist tras otro, haciendo que el desarrollo de la trama sea poco predecible. Eso sí, al ver tantos giros de trama se esperaría que el desarrollo de personajes también fuera extenso, lamentablemente no es así: gracias Iris por tener una verdadera profundidad de personaje. 

El amor entre robots y humanos podría salir mal…y no por culpa de los robots 

La relación entre los humanos y la tecnología no siempre sale bien, al menos así nos lo han hecho pensar películas como Terminator, Matrix y Blade Runner, donde los robots y máquinas terminan revelándose contra los humanos. Y sí, esa es una de las actuales preocupaciones en el mundo de la tecnología ¿podrá acabar con la humanidad? Compañera Perfecta, la nueva película de Warner Bros, plantea un panorama distinto.

 

Aunque la cinta nos muestra los alcances y la fuerza de la tecnología y sus creaciones, también nos devela el nivel de egocentrismo al que puede llegar el humano al tener total poder tecnológico. La raíz de la guerra es la necesidad de poder, el deseo de control y la sed de dopamina proveniente de la atención de otros, lo mismo que le sucede a Josh al tener total control sobre Iris, su compañera robot. 

 

La tecnología en sí no es mala, el cómo se manipule y los fines con los que se desarrolle son lo que la corrompe. Algo que Drew Hancock dejó claro con Compañera perfecta, un mensaje bien logrado gracias a una premisa bien estructurada, ambientación y tecnología cercana a nuestra época y la entrega de Sophie Thatcher.

Compañera Perfecta no es solo otra película sobre el miedo a la inteligencia artificial, es un reflejo incómodo de la naturaleza humana. No es la tecnología la que se sale de control, somos nosotros quienes la pervertimos para encajarla en nuestros deseos más egoístas.  Además, Josh no es un villano de ciencia ficción, es la representación de miles de personas que confunden amor con posesión, que creen que el control es un derecho y no una imposición.

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Imágenes: Warner Bros

Alejandra Betancourt

Alejandra Betancourt

Dicen que una buena manera de viajar es a través de la lectura, a mí me gusta navegar entre las letras y construir también mis propios trayectos. Me interesa que todos sepamos lo que sucede en el mundo, así que estudié Comunicación Social. Actualmente y con el propósito de escribir mis cuentos y próximas novelas, estudio Creación Literaria.

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