Por Claudia Aparicio,
Leapfrogging o salto de rana es un concepto utilizado en el ámbito empresarial y tecnológico. La idea principal detrás de este, es que las innovaciones pequeñas e incrementales solo son útiles para organizaciones, empresas o instituciones que ya son líderes y quieren mantenerse dominantes.
Sin embargo, la pregunta es: ¿cómo un sistema que tiene retrasos significativos; podría ponerse al día? El Leapfrogging nos da una respuesta alentadora y demuestra a través de casos concretos, que, gracias al poder de la tecnología, pueden hacerse innovaciones radicales que permiten saltarse las etapas del camino que otros actores ya han recorrido, para alcanzar la competitividad y cerrar brechas más rápidamente.
Para traer un ejemplo de referencia, quisiera citar una frase de Henry Ford, inventor del automóvil quién al referirse a su creación decía… “Si le hubiera preguntado a la gente que quería, me hubieran pedido un caballo más rápido”.
Pues bien, sí le preguntáramos a expertos del sector qué hacer para mejorar la educación, es posible que algunos nos aconsejen invertir en la formación y actualización de nuestros profesores o construir infraestructuras educativas. El problema que tienen estas aproximaciones es que son soluciones son de alto costo y toman mucho tiempo de maduración.
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Por el contrario, los saltos de rana, son el principio fundamental en el que se sustentan las soluciones de base tecnológica y que ha dado origen a las EdTech. Estas organizaciones se caracterizan por la alta escalabilidad de sus soluciones, es decir su capacidad de llegar a millones de personas en diversas geografías rápidamente.
Para citar un ejemplo de aplicación concreto, quisiera referirme al caso chino. A pesar de ser una gran potencia, este gobierno tenía un problema similar al nuestro: la calidad de la educación rural frente a la urbana, era sustancialmente menor.
Uno de los factores de mayor incidencia se debía a que este país promovió la migración de la población activa a los centros de producción urbanos generando un fenómeno llamado “the child left behind” o los niños dejados atrás. Esto sumado a la pobreza de las zonas rurales y a una menor calidad de la oferta, generó grandes brechas educativas.
Pues bien, frente a este gran reto, dicho gobierno implementó un programa de aprendizaje asistido por computadores o CAL (Computes Assisted Learning) para cien millones de estudiantes que se fundamentó en una idea ambiciosa: si utilizamos la tecnología para conectar a los estudiantes rurales de china con los mejores profesores del país, podemos mejorar su desempeño escolar y sus oportunidades de empleo futuro.
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¿Cómo lo hicieron? Entendieron que el mayor reto no estaba en los computadores ni en la conectividad, el mayor reto era generar disciplina y auto aprendizaje en los estudiantes, para que pudieran aprender sin la necesidad de la mediación del profesor presencial como eje central del aprendizaje.
Para diseñar la solución tomaron tres medidas clave:
1- Crearon material digital de altísima calidad diseñado por los mejores profesores del país, haciendo evidente la ventaja de utilizar este nuevo sistema.
2- Todas las mejoras se insertaron en el currículo tradicional, facilitando la transición del modelo educativo.
3- Los profesores de las escuelas rurales no desaparecieron, por el contrario fueron capacitados en el uso de la herramienta y en apoyar a los alumnos en la resolución de dudas presentadas en las clases virtuales, cambiando sustancialmente su rol.
¿Qué lograron con su propuesta de salto de rana?
La tasa de completitud escolar aumento en un 9%, con un impacto significativo en las habilidades matemáticas, y en chino.
En general, la implementación de esta política puede explicar una reducción del 18% en la brecha de calidad educativa urbano-rural y una reducción del 38% de la brecha salarial preexistentes.
Los estudiantes que estuvieron expuestos al programa aumentaron sus probabilidades de conseguir empleo basados en habilidades cognitivas, en lugar de habilidades manuales. Esto implicó un aumento del 22 % en sus ingresos comparados con personas que viven en la misma región, pero que no fueron expuestas a la nueva tecnología educativa.
Frente al retorno de las inversiones en infraestructura se evidenció un aumentó el uso de internet y la computadora de un 15 %, incluso varios años después de la culminación del bachillerato. Un análisis de costo-beneficio indica que estos beneficios, superaron significativamente los costos de instalación, administración y mantenimiento de nuevos equipos.
Aunque así lo quisiéramos, no todo fue ideal, hay evidencia que sugiere que el programa tuvo un impacto negativo leve en la salud mental que con un debido tratamiento podría mitigarse pero que no por eso, deja de ser un gran reto de la educación digital.
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Traigo este caso de reflexión porque hace poco el impacto de las Edtech no estaba probado, sin embargo, la publicación de una investigación reciente, en una publicación tan reconocida como el Development Economics, es un hito a reconocer.
De manera intencional decidí omitir al comienzo del texto que la experiencia de aprendizaje asistido por computadores en China inició en 2004; es decir hace casi 20 años. Hoy en día las oportunidades son infinitas, en tan solo nuestro país el gremio Edtech y reúne a más de 100 miembros. Definitivamente es el momento de pensar en hacer diferente las cosas y tenemos con qué.
La publicación por parte del ICFES del estudio “Evaluar para avanzar” es un gran punto de partida; tenemos datos que analizan las brechas de millones de estudiantes y este podría ser la base para que el Ministro Alejandro Gaviria, impulse una reforma a la Ley 30 basada en evidencias.
Desde hace algunos años viene haciendo carrera en nuestro país una figura llamada los sandbox. Estos consisten en abrir una ventana regulatoria para experimentar y probar soluciones, antes de hacer cambios de política pública.
Qué bonito sería lanzar los retos más importantes de nuestro sistema basados en los hallazgos del estudio, crear grandes escenarios de experimentación con múltiples actores y luego sí, crear una nueva Ley 30.
Los invito a soñar y a actuar. Si no puedes imaginarlo no puedes hacerlo. ¿Si la educación no impulsa imposibles entonces quién?
Imágenes: Foto de Pixabay
Excelentes reflexiones que implican transformaciones verdaderas en la educación y sus actores, retos determinantes y necesidades urgentes, todo cambia