No, los juegos no son culpables de los tiroteos masivos

Tiroteos masivos

Ocurrió otra vez. Este fin de semana dos tiroteos masivos prendieron (o, mejor dicho, reavivaron) las alarmas por un problema que en los años recientes parece ser la causa principal de dolor en los Estados Unidos. Los ataques en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio) dejan un saldo de 29 muertos y, se estima, cerca de 52 heridos.

No se tratan de incidentes aislados. En 2019 han ocurrido 253 tiroteos masivos. Esto quiere decir que se han presentado más de estos incidentes, que la cantidad de días que lleva el año. Una muestra de cómo la política para el control de armas en este país, sumado al ambiente de xenofobia que ha estado presente desde la elección de Donald Trump, han llevado a una situación que parece insostenible. Noticieros llenos de víctimas llorando, de políticos exigiendo al Congreso de los Estados Unidos que cree un sistema de control más rígido, de marchas llenas de personas angustiadas y asqueadas con la situación.

Esto es así, al menos hasta que el discurso se cambia y la atención se enfoca en diferentes chivos expiatorios. Y uno de los favoritos de los defensores de armas es que la culpa de estas masacres no es una política irresponsable de control de armas, sino de los videojuegos.

Tiroteos masivos

Una cacería de brujas de siempre

Hoy, 5 de agosto de 2019, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, se dirigió a la nación para hablar sobre los crímenes que enlutaron el anterior fin de semana. Entre las palabras de consuelo que, en este punto, suenan poco convincentes y la promesa vacía de ‘trabajar en nuevas leyes’ para controlar este problema, el presidente jamás hizo lo que en este punto es el acto mínimo de respeto para con las víctimas: reconocer que hay algo perverso con la política de control de armas en ese país.

En vez de eso, Trump culpó a los videojuegos de la crisis en los Estados Unidos. Un chivo expiatorio que reaparece cada vez que se abre un debate de este tipo.

“Debemos detener la glorificación de la violencia en nuestra sociedad”, dijo Trump el lunes. “Esto incluye los videojuegos horripilantes y espeluznantes que ahora son comunes. Hoy es demasiado fácil para los jóvenes con problemas rodearse de una cultura que celebra la violencia. Debemos detener o reducir sustancialmente esto”.

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La voz del presidente no es la única que ha apuntado a esto. El canal Fox News, infame por su falta de objetividad en lo que temas de la agenda republicana corresponde, durante el análisis e información de las masacres a menudo desvió la conversación, apuntando a que la razón por la que este tipo de eventos ocurren está en una cultura de violencia impulsada por los videojuegos. El punto del colmo llegó cuando una de las reporteras de la cadena afirmó, de manera irresponsable, que el asesino se pasaba “40 horas jugando uno de esos juegos como ‘Fortine’” (encuentran el clip del video a continuación).

Por eso, en vez de dejar de bailar al son de los amantes de los rifles de asalto y evitar la ira de la NRA (la organización que defiende el uso y posesión de armas en los Estados Unidos y cuyo lobby ha impedido en los años recientes cualquier intento por regular la venta de armas) Kevin McCarthy, representante de la minoría, responde que la solución está en limitar la violencia en los videojuegos. “¿Cuánto tiempo, por ejemplo, vamos a dejar e ignorar, a nivel federal en particular, qué acciones podemos tomar sobre la industria de los videojuegos?”, Dijo McCarthy en Fox News.

No, los videojuegos no son culpables de los tiroteos masivos

Así, en vista de la cantidad de argumentos irracionales y pantallas de humo, es necesario hacer una aclaración: los videojuegos no son responsables de los tiroteos masivos en los Estados Unidos y, para este efecto, en el resto del mundo.

No se puede negar que hay juegos en los que la violencia hace parte de lo que ofrecen. Los tiros en la cabeza, los battle royale que piden acercarse a cada arma y enemigo como si el enfrentamiento fuera mortal o el hecho de que este tipo de experiencia permita ‘simular’ el disparar un arma. Pero hay una pequeña falla lógica en afirmar que esta violencia se traduce en las masacres. Los juegos de este tipo están disponibles en todo el mundo, pero solo en los Estados Unidos personas con problemas tienen acceso a las armas.

Si los juegos o la cultura de violencia, que tanto replican como loras el presidente y los representantes de su partido, fueran en verdad el origen de este problema, veríamos masacres de este tipo replicarse a escala global. Pero el número de tiroteos masivos en los Estados Unidos supera por cientos al del siguiente país en esta lista, México, con 3 eventos de este tipo en 2019.

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Porque el problema no es el acceso a los videojuegos violentos, sino a las armas. Las personas no están muriendo en los Estados Unidos porque jóvenes tengan acceso a ‘Fortnite’, sino porque no hay una cultura que protege el uso de armas y posesión de las mismas (a los niños en los Estados Unidos se les permite participar en prácticas de tiro, ¿pero está mal que jueguen ‘Call of Duty’?).

Esto, sin mencionar el hecho de que la mayoría de estudios realizados han confirmado que no hay un vínculo real entre la violencia en el mundo real y los videojuegos.

Así, es hora de que la comunidad de los videojuegos (desarrolladores, publisher y videojugadores) comiencen a alzar su voz sobre la de los payasos que creen que pueden distraer o confundirnos al apuntar dedos acusadores a un problema imaginario. Es hora de demostrarles que no pueden ignorar un problema creando uno que no existe.

Imágenes: Activision  

Jeffrey Ramos González

Jeffrey Ramos González

Mi papá quería que fuera abogado o futbolista. Pero en vez de estudiar o salir a la cancha, me quedé en la casa viendo 'Dragon Ball Z', jugando 'Crash Bandicoot' y leyendo 'Harry Potter'. Así que ahora que toca ganarse la 'papita' me dedico a escribir de lo que sé y me gusta. Soy periodista graduado de la Javeriana, escritor de ficción. He publicado en El Tiempo, Mallpocket, entre otras revistas.

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