Apple no se puede escribir sin S T E V E

Bueno, me voy a complicar, pero ahí voy. En baseball, un juego cobijado por las estadísticas y los números, hay un indicador para medir el valor de un jugador: el VORP. En inglés, la estadística quiere decir Value Over Replacement Player; pero más que las siglas, es un indicador que va más allá de cuantificar alguna cifra. El VORP lo que hace es asignarle un valor a un jugador en relación a un jugador promedio. El jugador promedio de baseball tiene un VORP de 0. Una súper estrella puede tener un  VORP de 2 o algo así.

El tema es que Steve Jobs tenía un inmenso valor sobre el CEO promedio. Si le asignamos un VORP al genio de la manzana, estaría por los 3 o 4.

Les cuento todo esto porque, como algunos ya saben, hoy se cumple el primer aniversario de la muerte de Steve Jobs, el fundador y personaje más importante de Apple. Sin importar cómo algunos se sientan sobre Apple como compañía, o sobre la calidad o precio de sus productos, es indudable que Jobs fue un genio que transformó el mundo de la tecnología. Sin juzgar sus métodos o su personalidad, Steve Jobs quedará en la historia de la computación y de la vida digital como un visionario.

Todo eso que hizo grande a Jobs, y lo mucho que se exalta su visión, reconfirma la falta que el cofundador le hace a Apple. Antes de que salten los amantes de Apple por criticar a su santo grial, oigan la explicación. La muerte de Jobs fue apenas hace un año y él todavía estuvo involucrado en los diseños y fabricación de la gran mayoría de los productos que estamos viendo. Jobs escribió la receta del iPhone 5 así como la del nuevo iPad, aunque no haya estado en la cocina durante su cocción.

Los efectos de la ausencia de Jobs todavía no los ha sentido Apple. Cómo dicen en Física 1, un objeto en movimiento tiende a mantenerse en movimiento. Apple todavía mantiene la inercia de la época preJobs y todavía no ha sentido los efectos de su partida.

Las cifras lo demuestran. La compañía está es una situación inmejorable financieramente hablando, tiene la segunda marca más valiosa del mundo y se ha convertido en un faro de cultura digital. Sin embargo, hay otros hechos que están prendiendo las alarmas sobre la falta de Jobs.

La primera grieta en el armazón se vio con el iPhone 5. Y no, no es sobre el teléfono en sí, sino en todo el proceso de lanzamiento. Anteriormente, las salidas al mercado de los productos de Apple eran eventos increíbles y sorprendentes. Ahora, el evento perdió cualquier factor de sorpresa por todos los rumores que se filtraron. Todos sabíamos exactamente como iba a ser el iPhone 5. Fueron muy pocos los detalles que verdaderamente sorprendieron al público.

Steve Jobs entendía perfectamente que el éxito de los lanzamientos dependía, en gran medida, del factor sorpresa, que se ha perdido por completo. Y no solo fue el iPhone, ya que estamos viendo lo mismo con el iPad mini.

Por otro lado, Jobs servía de escudo contra Apple. La empresa siempre ha cometido el mismo tipo de errores, solo que ahora el manejo ha sido diferente. Atrás quedaron los días de las recomendaciones de Jobs de coger el teléfono diferente para no interferir la señal. Ahora, el CEO de Apple recomienda usar mapas de Nokia y otros. Léanlo otra vez: el presidente de Apple, una de las compañías más orgullosas del mundo, recomendó usar un producto de la competencia en vez de un propio por falta de calidad. Y no digo que eso sea bueno o malo, no lo sé. Pero lo que sí es claro era que la presencia de Jobs le daba un aire de invencibilidad a Apple.

Y esto no es un juicio contra Tim Cook, que ha hecho un excelente trabajo, sino un reconocimiento a la grandeza de Steve Jobs. Pero lastimosamente, esa grandeza es directamente proporcional al vacío que dejó. Adiós, Steve, Adiós.