Joven tailandesa transmitió su suicidio en vivo por Internet

La tristeza que trae un desamor puede ser abrumadora, pero el suicidio jamás será la respuesta. Foto: Ipernity.com
Deprimida por un mal de amores, Nichakorn Srisawat, de 24 años, usó su cámara de computador para mostrarles a sus amigos y ex novio cómo se quitaba la vida.

La tristeza que trae un desamor puede ser muy intensa, pero el suicidio jamás será la salida. Foto: Ipernity.com

La Red es un lugar que tiene una buena cantidad de locuras entre los miles de millones de sitios web que existen, pero pocas se comparan a los hechos registrados en Bangkok ayer. En la capital tailandesa, una  joven de 24 años transmitió en vivo por Internet su suicidio.

Nichakorn Srisawat, de 24 años, tuvo una fuerte discusión con su novio, la cual llevó al joven a terminar la relación. Enfadada y deprimida por lo sucedido, Nichakorn acudió a la Web para ventilar sus sentimientos. Por desgracia, la forma en la que eligió hacerlo le costó la vida.

Después de ingresar a un chat donde estaban algunos amigos y su ex novio, Nichakorn explicó lo mal que se estaba sintiendo. Entonces, para el horror de quienes estaban en el chat, la joven tomó una sábana, amarró un extremo a su ventilador y el otro a su cuello, y se colgó.

La empleada doméstica de Nichakorn declaró a la policía que un hombre llamó a la casa para intentar evitar la tragedia. Sin embargo, la empleada no logró entrar el cuarto a tiempo porque estaba con llave y Nichakorn murió.

Tristemente, ésta no es la primera vez que Internet sirve de herramienta para que alguien transmita su muerte en vivo. En noviembre de 2008 (inglés), un joven de Florida, Estados Unidos, se quitó la vida con una sobredosis intencional frente a su ‘webcam’.

Luis Iregui V.

Luis Iregui V.

Soy un adicto a la tecnología. Lo acepto y lo celebro. Como buen adicto, tengo toda una historia detrás de mi condición. Comencé con una obsesión por los videojuegos que con los años se transformó en una pasión por todas las cosas relacionadas a la tecnología. Esta manía me ha llevado a mantener mi cuenta bancaria en ceros, siempre a la merced del último gadget, el último juego o el último celular. Intenté satisfacer mi adicción estudiando sistemas en Estados Unidos, pero no quedé convencido y terminé desubicado en Los Andes, graduado como abogado pero frustrado por no tener un futuro tecnológico claro por delante. Para mejorar mi situación, comencé una página dedicada el cubrimiento del mundo de los videojuegos (lapaginadejuegos.com), pero incluso eso no fue suficiente para satisfacer mi apetito digital. Después de muchas vueltas, llego a ENTER.co con el sueño de convertir este sitio en el lugar de referencia para los adictos latinoamericanos como yo, que jamás están satisfechos y viven al borde de sus sillas, pendientes de todo lo que ocurre en el maravilloso mundo de la tecnología.

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