Él mismo lo admitió: “Soy un niño grande”. Y tras su salida de la cárcel, Kim Dotcom ha logrado comenzar poco a poco a recuperar sus juguetes. Primero, la corte admitió que el decomiso de sus bienes fue ilegal, tras lo cual le fue concedida una mensualidad de 60.000 dólares neozelandeses (87,7 millones de pesos). Ahora se le permitió utilizar Internet de nuevo y volver a nadar en la piscina de su antigua casa, además de regresar a los estudios a terminar el disco que grababa antes de su detención.
Una de las condiciones de su liberación le impedía acceder a la Red mientras estuviera fuera de la cárcel. Es difícil imaginar qué tan compleja fue la vida para Kim Dotcom con esa restricción. Pero ahora, luego de una audiencia celebrada este martes en Nueva Zelanda, el juez admitió que pudiera conectarse de nuevo. Según el New Zealand Herald, sus abogados argumentaron que el acusado “necesita acceso a Internet para preparar adecuadamente su defensa”.
El uso de la piscina es por un asunto de salud. TorrentFreak dice que Dotcom lo necesita “para aliviar un problema de espalda” y el juez le dio permiso de hacerlo durante 90 minutos diarios en la alberca de la mansión en la que vivía. Tras su libertad condicional, no tenía permiso para acercarse ella.
Y el disco era un proyecto al que Dotcom ya le había invertido tiempo y energía. Lo estaba grabando en un estudio en Auckland, la capital neozelandesa, y como todo lo demás, quedó truncado con su captura. Tras la orden del juez, podrá ir dos veces a la semana en turnos de cuatro horas. No es la libertad absoluta, pero ‘peor es nada’.
TorrentFreak recibió un pequeño adelanto del disco y, dicen, “nos gustó lo que escuchamos“. Habrá que ver si alguna disquera se muestra tan interesada en el trabajo como cuando, en su momento, le proponían alianzas a Megaupload.
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