Kompozer: el arte del diseño web

Por Carlos Rojas

A simple vista es evidente que Internet ha evolucionado mucho. Hoy vemos todo tipo de novedades y servicios que causan gran impacto, como MySpace, Facebook y YouTube. Se habla de una Web 2.0, que significa contenido dinámico, y de una Web Semántica, que ofrecerá más automatización. Pero esas tecnologías funcionan sobre todo en el lado de los servidores; en tanto, las páginas web que vemos en el navegador no han cambiado fundamentalmente desde hace años.

De ahí que el diseño de estas ha tenido pocos cambios y sigue siendo una actividad bastante ‘artesanal’. Por supuesto, hay herramientas que permiten crear sitios completos; y los blog son una interesante opción para quienes no saben de diseño web. Pero existen miles de millones de páginas en HTML (ver recuadro), diseñadas manualmente por profesionales y aficionados, que muestran cómo este sencillo lenguaje sigue reinando.

Ellos todavía utilizan herramientas para diseño profesional tradicionales, como Microsoft FrontPage y Adobe Dreamweaver, pero estas son aplicaciones comerciales. Hallar un programa similar, pero gratuito, resulta toda una noticia. Esta herramienta se llama Kompozer, y es capaz de satisfacer tanto a los diseñadores web profesionales como a los aficionados.

Multiplataforma y portátil

Hay muchas aplicaciones que funcionan en Windows y en Linux, pero no en Mac. Kompozer no solamente se puede instalar en Mac OS X, sino que tiene versiones para Ubuntu y Fedora, las dos distribuciones Linux más populares. Y todas se pueden descargar desde la dirección www.kompozer.net/download.php.

Además, en Windows no requiere instalación: basta descargar un archivo .ZIP y descomprimirlo (se recomienda hacerlo en la carpeta Archivos de programa). Eso crea la carpeta Kompozer 0.7.10 (este es el número de la versión), donde se halla el archivo ejecutable kompozer.exe. Cree un acceso directo a este, de forma que lo pueda ejecutar rápidamente desde el escritorio.
Incluso, si lo desea, puede copiar la carpeta a una memoria USB y ejecutar el programa desde esta, ya que además es portátil.

Con todo lo necesario

Lo primero que sorprende en Kompozer es la rapidez con la que se ejecuta, así como la sencillez de su interfaz. Aquí no hay cosas superfluas, pero está todo lo que necesitan las personas a quienes les gusta controlar cada elemento del diseño web.

El programa tiene mucho en común con FrontPage, y menos con Dreamweaver. Es una típica herramienta para diseñar gráficamente que, como las aplicaciones mencionadas, ofrece varias vistas: Normal, donde se diseñan las páginas sin necesidad de escribir código; Etiquetas HTML, una vista esquemática de cómo están distribuidas las etiquetas; Código fuente, que muestra el código HTML tal cual, y Vista preliminar, que exhibe las páginas como se verán en el navegador.

Código fuente es la vista para los expertos; aquí pueden revisar el código para optimizarlo, e introducir líneas que no pueden ser generadas por el programa.

Como otras herramientas profesionales, Kompozer dispone de pestañas que permiten trabajar al tiempo en varias páginas, entre las cuales se puede cambiar rápidamente; cuenta con una paleta de colores muy completa (se puede personalizar), un excelente cuadro de diálogo para generar tablas, más otro muy completo para modificar estas.

Las indispensables tablas

HTML es muy limitado, pues fue pensado para crear páginas similares a un documento de Word; entonces ¿por qué las páginas están llenas de cuadros coloridos? Porque a alguien se le ocurrió que en vez de agregar tablas dentro de un texto, se podían utilizar estas para meter el texto, las imágenes e incluso, otras tablas.

Las tablas tienen muchas propiedades y se pueden modificar (incluso celda a celda), cambiando el color del fondo, el ancho de los bordes (que puede ser cero), los márgenes, la alineación horizontal y vertical, etc. Y son básicas para el diseño de páginas.
Dado lo dispendioso que resulta crear un sistema de tablas bien organizado, los profesionales trabajan con plantillas. Estas se diseñan de manera meticulosa y luego se rellenan de acuerdo con las necesidades del sitio.

Por ejemplo, si una empresa tiene una docena de productos que quiere presentar, necesitará otras tantas páginas, las cuales pueden generarse a partir de una plantilla. Y Kompozer facilita crear estas plantillas.

Además, el diseñador puede publicar las páginas (es decir, subirlas al servidor web); trabajar con lenguajes complementarios como JavaScript, CSS, XHTML y PHP; insertar imágenes controlando sus propiedades (dimensiones, márgenes y bordes); y crear formularios, indispensables cuando se quiere tener un sito interactivo donde, por ejemplo, los usuarios puedan enviar comentarios o registrarse.

Parte del proyecto Nave

Kompozer y otras aplicaciones, como Firefox (el popular navegador), Thunderbird (cliente de correo electrónico), Sea Monkey (suite de programas web), Sunbird (administrador de agenda), Flock (navegador para redes sociales) y Nvu (herramienta para diseño web), forman parte de un proyecto llamado Nave, que es el nombre adoptado para la traducción al español del legendario proyecto Mozilla.

Nave tiene su sitio en la dirección www.proyectonave.es, y su propósito es promover las aplicaciones de Mozilla (todas de uso libre) en nuestro idioma, incluyendo aquellas derivadas de este proyecto, como Kompozer.

Kompozer no pertenece a Mozilla, pero está basado en Mozilla Composer, un editor web bastante tradicional que, como su nombre lo indica, sí forma parte oficial de ese proyecto.

Por esta asociación, Kompozer funciona de forma predeterminada con Firefox, por lo que conviene disponer también de este navegador; aunque si el diseñador lo prefiere, puede utilizar Internet Explorer (o cualquier otro navegador) para probar sus páginas.

Kompozer es, en pocas palabras, una herramienta completamente libre, ideal para quienes desean aprender a diseñar páginas para Internet de la forma correcta, es decir, meticulosamente y entendiendo qué se está haciendo. Y también una excelente alternativa para quienes ya dominan los secretos del diseño web. 

 

El código HTML: lento pero seguro

HTML (Lenguaje de Marcas de Hipertexto) apareció en 1990 cuando Tim Berners-Lee, considerado el padre de la World Wide Web, presentó las primeras 22 etiquetas, que son ciertas palabras en inglés encerradas dentro de paréntesis angulares como <head> (indica el encabezado de una página).

Este sencillo lenguaje es interpretado por el navegador, y en los comienzos de la Web esto fue un problema: muchas páginas se veían bien en Internet Explorer, pero no en otros navegadores como Netscape (o viceversa), así que lo diseñadores debían ‘casarse’ con uno.

En 1994, Berners-Lee fundó el Consorcio W3C (www.w3c.org) para promover la estandarización de la Web, y en el que participan las empresas y entidades del mundo de la tecnología.

El W3C tomó HTML, cuya versión 1.0 había sido presentada en 1993, y lanzó varias versiones en pocos años, causando cierto caos en los navegadores. En 1999 presentó la versión 4.01, adoptada lentamente en años siguientes y que hoy sigue vigente.

¿Por qué esa lentitud? Porque pocos usuarios actualizan constantemente sus navegadores, de manera que los diseñadores web no pueden crear sus páginas con la tecnología más reciente, so pena de que resulten incompatibles con los navegadores más viejos.

La permanencia de la versión 4.01 ha hecho que navegadores como Explorer, Opera, Firefox, Konqueror (de Linux) y Safari (de Mac OS X) muestren las páginas de forma muy similar.
HTML es muy limitado, por lo que se ha complementado con otros lenguajes como JavaScript y CSS (Hojas de Estilo en Cascada), que se utilizan para agregar efectos a las páginas y para manipular datos, pero que crean muchos huecos de seguridad.

En 1999 el W3C lanzó el lenguaje XML, con el fin de superar las limitaciones de HTML. XML resultó excelente para estandarizar el intercambio de datos entre diferentes plataformas, y fue fundamental en la aparición de la Web 2.0, que trajo las redes sociales, los blogs y los servicios (de noticias) RSS. Pero es demasiado complicado para diseñar páginas comunes. Además, no admite errores, mientras que una página HTML con ciertas fallas sí se puede ejecutar.

En el 2000, el W3C lanzó XHTML 1.0, mezcla de HTML y XML, considerado fundamental para la denominada Web Semántica (¿Web inteligente?), pero que no fue ciertamente el remplazo de HTML.

En el 2004 el consorcio inició la implementación de la versión 5.0 de HTML, que conserva la sencillez tradicional de este lenguaje (incluso lo simplifica), agregándole nuevas características, como el manejo de multimedia.

HTML 5.0 está prácticamente listo, pero su adopción tardará, entre otras cosas porque Internet Explorer aún no lo soporta. Por ello, las herramientas para diseño web, como Kompozer, siguen trabajando con HTML 4.01.

 

Paquete para español

Kompozer viene en inglés. Pero, como es frecuente en el mundo del OpenSource, un colaborador acucioso creó una extensión que traduce la interfaz (e incluso la Ayuda) al español.

El proceso no es complicado: vaya a la dirección www.kompozer.net/l10n y descargue el ‘langpack’ (paquete de idioma) marcado como Español (es-ES), que pesa sólo 336 KB.
Una vez el paquete esté en su disco duro, ejecute Kompozer y dé clic en Tools; en el menú que se despliega seleccione el comando Extensions y, en el cuadro de diálogo que se abre, dé clic en el botón Install; ubique el archivo descargado y dé clic sucesivamente en Abrir y en Install Now. Cierre el programa y ejecútelo de nuevo; aparecerá en español.
 

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