Después del buen producto que fue ‘Distrito salvaje‘, en Netflix notaron que en Colombia hay talento para hacer series de calidad. Gracias a eso, llegó recientemente la tercera producción enteramente colombiana en el servicio de streaming, ‘Frontera verde’.
Esta es una miniserie de ocho episodios, de entre 40 y 50 minutos, que cuenta la historia de una joven detective, Helena Poveda (Juana del Río), quien llega a la Amazonía para investigar, junto a su compañero Reynaldo (Nelson Camayo) la muerte extraña de unas misioneras en la frontera entre Brasil y Colombia, lo que nos lleva a explorar la selva amazónica desde géneros diferentes a lo que hemos conocido hasta ahora: el thriller y el cine negro, con la visión de tres directores reconocidos, Ciro Guerra (‘El abrazo de la serpiente’), Laura Mora (‘Matar a Jesús’) y Jacques Toulemonde (‘Anna’), con quienes tuvimos el placer de charlar sobre la serie con tal amplitud que lo que dicen en el texto es diferente a lo que dicen en este video:
Un Amazonas de cine noir
A propósito precisamente del thriller y el cine negro, Ciro Guerra contó: “Es curioso porque en la época formativa de nuestra cinefilia el thriller era un género dominante. Realmente, era muy visible en las pantallas y ciertamente es un género que ha sido un poco desplazado por las películas de superhéroes y por cierto mainstream que se ha vuelto muy fuerte, pero lo interesante, cuando uno empieza a indagar en la historia, va a llegar al cine negro, que realmente es una exploración muy interesante del alma humana, de las oscuridades, de las complejidades, de las dualidades del alma humana, de sus contradicciones”.
Luego, el también productor ejecutivo de ‘Frontera verde’ indica: “El cine negro es un género que te permite una gran hondura psicológica y que permite llevar al espectador a lugares de incomodidad y de descolocamiento del mundo muy interesantes. Obedece también a sociedades que han vivido traumas potentes y la realidad que vivimos en Colombia tiene todos los elementos que se narraron en esos géneros. Ha habido muchos intentos en Colombia de adaptar esos géneros a nuestra realidad, pero lo interesante para nosotros nos es tratar de traer el género y hacerlo a nuestro modo, sino de cómo reinventar el género, cómo, desde lo que tenemos acá, envenenarlo”.
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Guerra continúa: “Digamos que la Amazonía hoy en día es un escenario de noir muy evidente, esta frontera donde se mueven todos estos tráficos y tránsitos, desde tráfico de madera, hasta tráfico de animales, de personas, de órganos, de drogas, de armas… más las tensiones entre los países, más la frontera de la sociedad occidental, más la frontera de conocimiento tradicional. Entonces, es un escenario que nos permitía jugar con los elementos del thriller, pero también subvertirlo y llevarlo más allá, llevarlo a un lugar donde el espectador realmente se pregunte sobre dónde está, sobre su mundo, sobre su manera de entender el mundo”.
Laura Mora añade: “El Noir también es un género donde las reglas, los códigos y la gramática son muy claros y exigentes. Entonces, subvertirlo también implicaba unos riesgos, pero era imposible no hacerlo frente al lugar donde estábamos, porque ese lugar subvierte también las tradiciones occidentales. De todo lo que habla el noir, que también es un mundo un poco en decadencia, las instituciones que van volviéndose más líquidas y más corruptas. La Amazonía actual y la frontera no solo tienen eso, sino que el Amazonas es un lugar al que todo el mundo ha ido a sacar algo, donde se ha ido a extraer algo, a arrancar o a convertir a alguien en algo. Entonces, tenía como esa oscuridad que es muy importante en el tono de la serie, pero también en el tono noir”.
La selva en ‘Frontera verde’ es guionista
Como queda claro por sus palabras, la selva amazónica es muy importante en el relato de ‘Frontera verde’, no solo porque tiene todos los elementos para crear una producción misteriosa, que comparte muchos elementos con el cine negro, sino también para la forma en la que se iba a contar el relato y para la construcción de los personajes.
“La serie habla de esta trascendencia: cuál es nuestra posición en el mundo frente a esta selva, como que estos Eternos, si siguieran, van a llegar a convertirse en árboles y hay gente en India que ya se está alimentando básicamente del sol y el camino que seguiría sería precisamente convertirnos en parte de esta selva, que es un poco la exploración que se hace a través de los diferentes personajes, de cómo se van acercando a este mundo, a esta evolución o a la selva, desde un punto de vista más occidental, donde la vamos a convertir, o, al contrario, donde la vamos a extraer o los que ya están tratando de volverse parte de ella”, dice Toulemonde.
La selva también es directora de arte
Luego, agrega Mora: “si uno no se deja afectar profundamente y le da la oportunidad a las historias y al relato de que se engrandezcan con esas verdades, lo que estás creando es una farsa impostada. El relato obviamente se engrandeció y se volvió más complejo al estar allí y entender ese río que cambia, esa selva que habla, esa comunión tan profunda que hay entre la gente que la ha habitado y la conoce, la ha sabido respetar y la ha sabido habitar sin destruirla, versus nosotros, un poco esta extranjería, que llega a ese lugar”. “Cuando estás acá [en la ciudad] y estás hablando de la selva, la selva es muy distinta en todos los lugares, pero Ciro ya había tenido la experiencia de lo que implica estar a merced de ella y uno acá imagina cosas, pero cuando estás allá entendés que la selva se lo traga a uno, es como que caminas cinco pasos y de repente no te ves, estás camuflado y qué implica eso en el relato, qué implica para esos personajes, cómo son uno con esa selva. Entonces, si uno no se deja afectar y se deja enseñar, lo que está haciendo es impostar”, agrega Mora.
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Luego, la directora afirma que “cuando uno entra a habitar la selva, uno es supertorpe. Uno se da cuenta de cuán torpe es. Estamos acostumbrados a una solidez, que en la selva ya no tenés. Y nosotros incluso lo hablamos con Juana [la actriz que interpreta a Helena] en un principio sobre cómo era que su personaje llegaba por primera vez a la selva, cómo iba caminando cada vez de manera más cómoda en la selva, versus los personajes indígenas, que la selva es su casa, que caminan descalzos y corren descalzos, se conectan con el agua y tocar un tronco es una manera de sentir un montón de cosas y creo que ahí hay una diferencia radical en cómo el cuerpo se entiende frente a ese paisaje que se habita”.
Además, la selva es protagonista
Pero la selva también es un personaje, como lo explica Toulemonde: “la selva misma es un cuerpo también, cuando miras el Amazonas desde arriba y ves esos brazos, son las mismas nervaduras que tienen las ramas o que tienen las venas, y eso era también una pista formal que estábamos buscando a través de las diferentes cicatrices que tienen cada uno de estos personajes, que fue todo un tema de reflexión” y agrega Guerra: “Y también está el corazón, cómo el corazón es donde confluyen todas estas venas y cómo la Amazonía también se convierte en ese corazón”.
Incluso la selva y sus misterios también les impuso formas de contar la historia desde las decisiones fotográficas: “Ciro siempre habló, desde un principio, cuando comenzamos a imponer esas lógicas del relato que no se podían romper, como, no sé, la cámara nunca iba a ser cámara al hombro, siempre iba a estar en el steady o iba a ser una cámara quieta. Pero, cuando esa cámara se movía, Ciro también hablaba de una especie como de espíritu que transita y que lleva, que es etéreo, pero que está ahí. Creo que eso, cuando estás en la selva, adquiere una lógica impresionante. Como que esa cámara para mí adquiría una lógica de que siempre hay algo ahí, hay algo mucho más allá de lo que ves, muchísimo más profundo”.
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La magia y los misterios de la selva también marcan un punto de partida importante para crear una historia como estas, que nos habla, una vez más, del realismo mágico de nuestros país, que es más real de lo que se piensa, como lo explica Guerra:
“Todo lo que se ve en la serie, incluso lo más fantástico y lo más mágico, está basado en algo real. No hay cosas sacadas de la manga. Cosas que pueden parecer locas en el transcurso de lo que van a ver todo está tomado de algo real. Si hoy van a la Amazonía, ahí van a encontrarlo. Desde la historia de las misioneras hasta la historia de los no contactados o de los Eternos”.
Imágenes: Netflix