La primera mitad de 2016 rompió varios récords en cuanto a indicadores de cambio climático. Específicamente, las temperaturas de la superficie global y la extensión del hielo en el Ártico son motivo de preocupación por parte de científicos por los resultados que arrojaron los análisis hechos en tierra y por satélites de la Nasa.
Por un lado, cada uno de los primeros seis meses de 2016 rompió un récord por ser el mes más caliente respectivamente a nivel global, teniendo en cuenta los datos de temperaturas que van desde 1880, según el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la Nasa en Nueva York. Además, el periodo de enero a junio fue la mitad de año más caliente en la historia. En promedio subió unos 1,3 grados centígrados, en comparación con la temperatura a finales del siglo XIX.
Y por otro lado, cinco de los primeros seis meses de este año también establecieron récords en cuanto a la extensión del hielo en el Ártico teniendo en cuenta los datos desde 1979. Todos los años durante el verano, parte del hielo en el Ártico se derrite y luego en invierno se vuelve a congelar. Sin embargo, con el transcurso de los años el hielo que se vuelve a congelar cada vez es menos. Y 2016 ha sido el año en que menos hielo se congeló. Además, durante el verano, también la cantidad de hielo derretido ahora cubre 40% menos área que la cubría en la década de los setentas y ochentas. Así lo determinó el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa en Greenbelt, Maryland.
A pesar de que estos dos indicadores rompieron récords este año, los científicos de la Nasa consideran que tanto las temperaturas globales como el hielo del mar Ártico llevan varios años siguiendo el mismo patrón de cambio. Ambas tendencias son causadas por las crecientes concentraciones de dióxido de carbono y otros gases invernaderos en la atmósfera, que atrapan el calor en el planeta.
En gran parte, los picos de temperatura se podrían deber al fenómeno del Niño en el Pacífico durante el invierno, pero los científicos consideran que existen tendencias de fondo lo que causan los números récord. Por ejemplo, en 1998 el fenómeno del Niño subió temperaturas, pero no de la forma en que las ha disparado en 2016, y eso se debe al calentamiento del planeta.
De acuerdo con Walt Meier, científico de Goddard, “ha sido un año de récords hasta ahora en cuanto a temperaturas globales, pero las altas temperaturas en el Ártico en los últimos seis meses han sido incluso más extremas”.
¿Cómo estudia la Nasa estos cambios en el clima?
La Nasa registra constantemente la temperatura del planeta y el hielo como parte de sus esfuerzos por entender cómo funciona la Tierra y cómo está cambiando. Además de 19 misiones espaciales que observan nuestro planeta, la Nasa también envía científicos alrededor del mundo para que investiguen otros factores de cambio. Por ejemplo, ahora mismo un equipo de científicos está trabajando en el Ártico para entender mejor los procesos que están causando el gran derretimiento del hielo y el impacto que esto tiene en sus ecosistemas. Una misión en esa parte del mundo se llama ‘Operation IceBridge’, que comenzó la semana pasada un proceso de mediciones de pozos de hielo en la superficie de los cascos de hielo del Ártico. Estos pozos son piscinas de agua que se forman cuando el hielo se derrite. El equipo de científicos está observando estos pozos para intentar determinar por qué se está derritiendo el hielo a una escala nunca antes vista.
Imagen: Nasa.
Y los años venideros seguirán más y más calientes si no dejamos que el dinero sea la prioridad en nuestro maltratado planeta.