La tercera temporada de ‘House of Cards’ no convenció a todos los espectadores. Las constantes derrotas de Frank y la sensación de que todas las historias eran la base para algo mayor dejaron a muchos de los seguidores con un mal sabor de boca. Al finalizar solo nos quedó la esperanza de que los capítulos estuvieran preparando el terreno para la cuarta temporada. Y así sucedió.
Esta temporada de ‘House of Cards’ tiene un ritmo mucho más rápido que el anterior, incluso más que la primera de la serie. Todos los eventos se sienten con un propósito, encadenados a tramas que se han planteado desde antes. Por eso no está fuera de lugar el regreso de antiguos personajes.
Tampoco sería exagerado afirmar que esta temporada se atrevió a ir más lejos, al llegar a extremos para mostrarnos esa exagerada (o al menos eso esperamos) versión de la política en Estados Unidos. ‘House of Cards’ lleva temas de la realidad (el terrorismo extremista, por ejemplo) y nos hace cómplices de terribles momentos (asesinatos, traiciones, infidelidades) sin algún tipo de anestesia.
El final de temporada es por sí mismo merecedor de un reconocimiento. Después de 13 episodios en los que tanto Frank y Claire evolucionaron como personajes, un evento le da cierre a su complicada relación, anticipándonos que lo peor (para sus enemigos) aún está por venir.
Imagen: Netflix, Captura de pantalla del trailer de House of Cards.