El 2021 fue un año retador para Mark Zuckerberg. El magnate vio comprometida su reputación y la de su empresa por cuenta de una ex trabajadora de Facebook llamada Frances Haugen, que en septiembre de este año decidió filtrar documentos que dejaban mucho que desear sobre las prácticas del gigante tecnológico con el fin de mantener relevantes sus redes sociales para los usuarios.
Desde entonces los Facebook Papers no dejaron de atormentar a la compañía que inició una serie de campañas un poco desesperadas alrededor del mundo para intentar demostrar que sus prácticas de seguridad y privacidad eran óptimas; que no era cierto que quisieran hacer adictivos los productos de Facebook y que no era verdad que la plataforma, que había iniciado siendo un gran álbum virtual para conectarse con viejos amigos, significara una amenaza a las democracias del mundo por cuenta de sus algoritmos.
Lo cierto es que esas campañas funcionaron poco porque los documentos de Haugen siguieron llegando a los medios y al Congreso de Estados Unidos. Entonces, en una jugada que pareció un tanto sospechosa, Zuckerberg se dispuso a anunciar, en la conferencia anual de la empresa ‘Connect’, un cambio radical: modificar el nombre de Facebook a Meta.
¿Estrategia reputacional o no?
El ‘rebranding’ del holding que agrupa Facebook, Instagram, WhatsApp y Horizon ocurrió el 28 de octubre del 2021 en los últimos minutos del evento en el que el empresario omitió por completo referirse al tema de los Facebook Papers. En cambio, en compañía de varios desarrolladores, dio a conocer los detalles sobre el futuro de Internet que al parecer consiguió hacer eco en distintos gigantes tecnológicos: el metaverso.
El argumento del cambio (que a los ojos de muchos pareció una jugada arriesgada teniendo en cuenta el posicionamiento del nombre ‘Facebook’), respondió, según comentó el mismo Zuckerberg, al análisis realizado sobre el ADN de la compañía y sobre cómo este ha evolucionado y se ha complementado con el tiempo. «Más allá de la interacción, nuestro objetivo siempre ha sido conectar a las personas sin importar en donde estén (…) Nuestro futuro seguirá reuniendo las redes sociales y todas nuestras actividades, pero esta vez lo haremos en el metaverso», comentó el magnate.
¿Quiénes crearán el metaverso?
El metaverso será un espacio virtual que aunque está liderado por Zuckerberg, se desarrollará gracias a la colaboración entre compañías, gobiernos, instituciones académicas, reguladores y universidades. En él se podrá hacer prácticamente todo lo que hoy hacemos en internet, solo que de forma inmersiva en un mundo digital hecho a partir de realidad virtual al que se podrá acceder en forma de avatar.
Esta experiencia permitirá que los usuarios se conecten entre sí sin necesidad de estar en un mismo lugar físico para que realicen conjuntamente (o en solitario) casi cualquier actividad cotidiana, desde escenarios digitales en 3D los cuales se irán creando con el tiempo y alrededor del mundo. Estas actividades incluyen: trabajar, jugar, hacer ejercicio, realizar compras, asistir a conciertos, etcétera.
Lo cierto es que cambiar de nombre le sirvió a Meta para que durante varias semanas el mundo dejara de asociar a Facebook con los documentos internos que Frances Haugen entregó al Wall Street Journal. Sin embargo, a partir de ese antecedente, un grupo de fiscales generales de Estados Unidos anunció la apertura de una investigación en torno a las prácticas de las redes sociales en general y su incidencia en la salud mental de los usuarios más jóvenes, con un mayor enfoque en los productos Meta. Esto con el fin de determinar si la compañía había ignorado conscientemente los efectos negativos de sus plataformas revelados en los Facebook Papers.
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Imágenes: Connect
