En el pasado agosto, la prestigiosa revista Time presentó en su portada a Palmer Luckey, el creador de Oculus Rift, usando su casco de una forma algo hilarante. La publicación titulaba: ‘La sorprendente alegría de la realidad virtual y por qué está apunto de cambiar al mundo’. Muchos criticaron el artículo por sus descripciones estereotípicas y hasta insultantes pero, más allá de eso, hubo algo que quedó claro: la realidad virtual llegó a las masas.
A lo largo de 2015, vimos cómo la realidad virtual se fue popularizando hasta convertirse en el fenómeno que es hoy. Poco a poco, las compañías nos fueron demostrando que las posibilidades que está tecnología ofrece son bastantes. Primero, HTC se alió con la compañía de videojuegos Valve para lanzar su propio casco de VR, el HTC Vive, y empezar a crear sus propias experiencias inmersivas.
Por su parte, Oculus –que pertenece a Facebook– remeció el mercado con la presentación de su set de consumidor del Oculus Rift, que pronto podría revolucionar la industria de los juegos. Además, la compañía exhibió su propio control llamado Oculus Touch y, posteriormente, demostró una nueva tecnología de sensores de movimiento.
Por otro lado, Samsung sacó al mercado el esperado set Gear VR que, además de ser un éxito rotundo en ventas, está revolucionado la realidad virtual para móviles. Y no podríamos dejar por fuera a Sony, que en el 2015 se mantuvo perfeccionando su proyecto PlayStation VR.
Todo el año vimos cómo muchas compañías empezaron a implementar esta tecnología, abarcando mercados que van desde la pornografía hasta los automotores. De hecho, pronto podríamos ver VR en Facebook y hasta en las producciones de Disney.
Conjuntamente, fuimos testigos de la revitalización del Google Cardboard que, a pesar de haber sido presentado en 2014, fue mejorado para el Google I/O 2015. Las posibilidades para crear contenido se expandieron, tanto así que The New York Times se alió con el buscador para hacer parte de esta revolución.
Imagen: Maurizio Pesce (vía Flickr).
