Si hay evidencia creíble de un ciberataque dirigido contra Estados Unidos, el Presidente de ese país podría ordenar –sin consultarle a nadie– un ataque informático preventivo contra los equipos del presunto enemigo. Ese, según The New York Times, sería el principal cambio que traería una nueva reglamentación sobre ciberataques, que se discute en Washington y se espera que se oficialice en las próximas semanas.
Esa reglamentación es menos exigente que la actual, que solo permite llevar a cabo esa clase de ataques contra equipos ubicados en lugares en los que el Congreso de Estados Unidos ha declarado la guerra, como Afganistán. Las nuevas leyes evitan el paso por el Legislativo y hacen que los ciberataques funcionen de forma similar a los ataques de aviones no tripulados, que pueden ser ordenados directamente por el Presidente sin intermediarios.
Estados Unidos, hasta ahora, solo ha reconocido un ataque cibernético: el que se llevó a cabo contra Irán al comienzo de la administración Obama. El objetivo fue debilitar las instalaciones nucleares de la República Islámica. Se trató de una operación que inició en el gobierno de George W. Bush y fue llamada ‘Operación Juegos Olímpicos’.
Estados Unidos ya dijo que considera los ataques cibernéticos como “actos de guerra” y está preparando su aparato militar para para entrar a este campo de batalla. Según el Times, “el Pentágono ha creado un nuevo Ciber Comando, y el campo de guerra de redes de computadores es una de las pocas partes del presupuesto militar que se espera que crezcan“.
Y como de costumbre, el Gobierno gringo atacará a naciones pequeñas y con escasa seguridad informática. Mientras tanto, los chinos y los rusos, y los hackers que trafican datos privados se pasean por las redes de Estados Unidos.
Y como de costumbre, el Gobierno gringo atacará a naciones pequeñas y con escasa seguridad informática. Mientras tanto, los chinos y los rusos, y los hackers que trafican datos privados se pasean por las redes de Estados Unidos.