En la madrugada de hoy viernes (hora de Europa, noche del jueves en Latinoamérica), por primera vez desde que el Philae aterrizó en el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko, ingenieros de la misión empezaron a tratar de comunicarse con la sonda espacial, que se ‘durmió’ cuando su batería de energía solar se agotó al tocar suelo del cometa.
Un viaje estrellado
El cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko es es el destino de la misión espacial europea Rosetta, que se inició el 2 de marzo de 2004. Para el 12 de noviembre de 2014, el Philae (módulo de aterrizaje del Rosetta), aterrizó sobre la superficie del cometa, siendo esta la primera vez que se realiza una misión así sobre un cometa.
Infortunadamente, al aterrizar, el robot no disparó sus taladros y arpones que lo ayudarían a sujetarse, tal y como estaba previsto. Wired cuenta que luego de cuatro meses, el Rosetta por fin ha logrado alinearse con el Philae, por lo que podrán comunicarse entre sí, siempre y cuando el módulo de aterrizaje haya obtenido suficiente energía solar para salir de su hibernación.
El problema es que, como no hay comunicación entre ‘madre’ e ‘hijo’, los ingenieros y científicos no saben exactamente dónde está el Philae ni cuáles son las condiciones del terreno ni la composición del suelo (se especula que podría haber hielo), que es el objetivo macro de la misión.
Imagen: European Space Agency (Flickr)