Comenzar un emprendimiento quizás no sea demasiado difícil, pero mantenerlo en el camino, lograr que sea exitoso y sobre todo, rentable, es una tarea un poco más complicada. Lamentablemente muchas startups perecen en el llamado “valle de la muerte”.Las startups enfrentan un intervalo, a veces difícil de superar, entre el momento en que reciben su capital inicial hasta que empiezan a generar ingresos. Este intervalo es la ‘prueba de fuego’ de los emprendedores y aquellos que no consiguen superarla son los que se quedan en ‘el valle de la muerte’ o valley of death.El ‘valle de la muerte’ es entonces, esa dificultad de cubrir el flujo de caja negativo en las primeras etapas de una startup, antes de que su nuevo producto o servicio genere ingresos de clientes reales. Las startups están en boom. Debido a la pandemia el mundo ha demandado muchas más soluciones tecnológicas para todo tipo de operaciones. Las personas necesitan cada vez más y mejores opciones para acceder a bienes y servicios de manera mucho más ágil, segura y desde la comodidad de sus hogares. Es por esto que en los últimos años se han creado en el mundo millones y millones de startups con propuestas innovadoras en todo tipo de campos.
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Latinoamérica está viviendo un momento clave en el que está logrando llamar la atención de grandes inversiones.
Entre 2015 y 2019 las inversiones de capital de riesgo en la región crecieron un 673% y en el último año tuvieron un récord de $4,6 billones de dólares. Rappi en Colombia, Nubank en Brasil, OLX en Argentina son algunas de las startups que se convirtieron en unicornios de la región (empresas privadas de base tecnológica que llegan a valer más de $1.000 millones de dólares) y que están logrando operaciones históricas. Sin embargo, son pocas las que logran llegar a este punto. Muchas se quedan en el temible valle.
¿Cómo podría una startup sobrevirir al ‘valle de la muerte’?
Después de que una startup consigue financiación en edad temprana (early stage) o como capital semilla (seed capital), debe encontrar la forma de conseguir fondos externos o hallar un modelo de negocio para facturar y así lograr liquidez, de lo contrario perecerá en el valle de la muerte. Por supuesto, conseguir el apoyo financiero y estratégico para seguir adelante es fundamental, pero también hay medidas de emergencia que pueden ser útiles. Algunas de las aconsejadas por los expertos son:
- Reducir los gastos y economizar todo lo posible. Es muy importante la austeridad en los inicios de cualquier negocio, debe planificarse muy bien cada movimiento de capital y en lo posible, mantener un ingreso extra que pueda servir como fondo de apoyo.
- Planificar y anticiparse. Todo el proyecto del emprendimiento debe estar planificado y preparado paso a paso, siempre con el objetivo entre ojos. Pero cuidado. Ser ordenado no significa ser inflexible, el emprendedor debe tratar de anticipar cualquier inconveniente y debe estar listo para responder ante ello, aunque eso implique modificar un poco el plan inicial.
- Unirse a una incubadora de empresas emergentes. Estas incubadoras son la respuesta a la desproporcionada taza de supervivencia de las startups. Ofrecen desde consultorías y acompañamientos, hasta inversiones de recursos para garantizar la supervivencia, especialmente en las etapas tempranas.
- Estar atentos a convocatorias gubernamentales. Cada vez más los gobiernos locales y nacional están entendiendo la importancia del ecosistema de emprendimiento, por eso están creando políticas y apoyos de todo tipo para los emprendedores.
El camino del emprendimiento no es un camino fácil, por eso es mejor no recorrerlo solo. Hay muchas herramientas, entidades, organizaciones de apoyo en etapas tempranas. Cada caída debe ser un aprendizaje, para que el paso siguiente sea mucho más firme.
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